Borja Alonso

A los concursos literarios hay que perderles el miedo

Psicología del Escritor

En octubre escribí la primera parte de El suspense y la sorpresa en la literatura, pero antes de continuar quiero hacer una parada para hablar de los concursos literarios, y lanzar la siguiente pregunta: ¿qué haces que no te estás presentando?

¿Quién dijo miedo?

Hace no mucho tuve una charla con una compañera de curso, Raquel (a la que le quiero dedicar esta entrada). Me comentó que le apetecía mucho participar en algún que otro concurso, pero que le daban vértigo las críticas, el rechazo y, en definitiva, el fracaso. Bien, hoy vengo a intentar haceros ver que no hay que tenerle miedo a nada de esto.

Vamos a ponernos en el peor supuesto: «El relato que has enviado es malérrimo». Dado el formato de los concursos, estos son los tres terribles demonios a los que te vas a enfrentar:

1)    Críticas. Nadie te va a hacer ninguna, la verdad. Si no has sido seleccionado, con suerte, te remitirán un email genérico animándote a seguir participando.

2)    Rechazo. Los concursos son anónimos, así que no hay posibilidad de que el juez que lea tu relato te asocie en el futuro con algo malo. Y en caso de que hablemos de un torneíllo sin sistema de plica (muy inusual), ya os digo yo que no se van a acordar de cada uno de los autores de los chorrocientos relatos que se habrán tenido que leer.

3)    Fracaso. ¿No te han seleccionado? ¡No pasa nada! La vida sigue. Escribir ese relato jamás habrá sido una pérdida de tiempo. Ahora mismo hablaremos de esto.

Los concursos literarios son una carrera de fondo

Como casi todo lo relacionado con el mundo literario, hay que meterse en este mundillo con la idea de que el tema va a ir para largo. Los márgenes de recepción son muy dilatados, los resultados llegan meses después de que envíes el temido correo electrónico y, normalmente, lo que prima es el silencio durante semanas y semanas. ¡No desesperes! Apúntate la fecha del fallo y olvídate del tema. Sigue escribiendo, prueba cosas, desempolva relatos viejos…

Nota: Además, hoy en día casi todo se envía online. ¡Nada de gastar papel y sellos!

El reciclaje

Al principio, lo normal es que tus relatos no sean seleccionados. Considéralo una inversión o un calentamiento. Así pues, no hay nada de malo en darles una segunda oportunidad. Es posible que, con el distanciamiento y la práctica que hayas adquirido, puedas meterles un buen repaso a esos textos que eran buenas ideas, pero que les faltaba algo. Quizá solo necesites darles un buen repaso ortotipográfico para que brillen.

Eso sí: asegúrate de no enviar nada de nuevo mientras aún tienes el relato pendiente de resolver en otro concurso. A veces, las antologías o publicaciones no piden exclusividad, pero no es lo común. Debe dar mucha rabia que te seleccionen y tengas que rechazar la publicación porque aún lo tenías por ahí, cundiendo. ¡Ojito con esto!

Como muestra de lo que expongo, el relato con el que gané la FreakCon de Málaga lo escribí allá por 2016. Para entonces sabía que tenía una idea muy buena, pero fallaba miserablemente con el estilo. Además, estaba plagado de gazapos ortográficos dignos de hacer llorar a un filólogo. Lo fui corrigiendo y lo mandé a varios concursos. Siempre me lo rechazaron hasta que… bueno, hasta que ocurrió lo obvio. Así pues, ¡paciencia!

¿Por qué no gano nada? ¡Es una conspiración!

 En absoluto. Recientemente he tenido la oportunidad de conocer a varios organizadores de antologías, relatistas, jueces, etc. y he visto un poco el percal que hay ahí dentro.

1)    Tu relato no encaja con la temática propuesta del todo.

2)    Al juez que te ha tocado no le va el tono que has elegido.

3)    Hay demasiados relatos similares y el tuyo ha sido leído más tarde.

4)    Se han leído tu relato tras uno increíble y has salido mal parado.

5)    Te han descalificado por algún matiz relacionado con las bases.

6)    Mala suerte.

«Espera, ¿cómo que mala suerte? ¡Esa es la excusa de los perdedores!».

Los jurados son humanos. Comenten fallos, están cansados y no siempre pueden ser objetivos. Además, la mayoría de ellos lo hacen por amor al arte, sacrificando parte de su tiempo de ocio. Veréis, a menudo una antología está conformada por X relatos y resulta que pasan a la fase final X + Y. Todos ellos son buenos, sí, pero hay que hacer criba de una manera u otra. En circunstancias así, es bastante normal que se empiece a descartar en base a criterios subjetivos, como que uno cumple la condición de forma dudosa o repite y prefieren darle variedad a la antología. Todo esto me ha pasado.

En definitiva, la idea que os quiero transmitir es que hay innumerables motivos por los que un relato no es seleccionado y la calidad objetiva es tan solo uno de ellos. Si queréis más ideas sobre cómo presentarse a certámenes, aquí os dejo este enlace.

¡Siempre ganan los mismos!

Vale, hay concursos amañados o donde se tira del amiguismo. Es un hecho. Sin embargo, no es lo habitual. Los concursos manchados huelen a kilómetros y son muy fáciles de detectar si haces dos búsquedas. Tras tres años metido un poco en el mundillo, os aseguro que el mamoneo no es, para nada, lo habitual. Si hay autores que siempre están a pie de cañón es porque ya están curtidos en mil batallas y, sobre todo, porque mandan relatos a granel y se apuntan a todas antologías del multiverso.

En semejantes circunstancias, el éxito no es un fin, sino una consecuencia inevitable.

¿Y si lo tuyo son los microrrelatos?

Si el tema os interesa, tengo aquí otra entrada curioseta hablando de ellos: Escribir microrrelatos y no morir en el intento.

En conclusión, hazlo

Los concursos y antologías te ofrecen la oportunidad de conocer a gente fantástica y ponerte a prueba. Poco a poco, a base de cabezonería, empezarán a llegar los resultados. Y esto, para un escritor que está peleándose con terminar sus primeros manuscritos y no recibe nada de feedback, puede ser una inyección de moral acojonante.

Y también te darán unas cuantas lecciones de humildad, que nunca vienen mal.

En definitiva, que le perdáis el miedo a los concursos literarios. No muerden. Tampoco os digo que os dediquéis a ello 24/7, pero sí que le echéis un tiento. Al principio cuesta, pero una vez la rueda ha empezado a girar, ya no requieren esfuerzo. ¡Ah!, y para ponerlo aún más fácil, Ariadna se curra cada mes una recopilación de los concursos que están activos.

Octubre: Certámenes Literarios de Fantasía, Ciencia Ficción y Terror.

Y con esto termino esta entrada. Nos vemos el mes que viene con «el suspense 2.0».

Hasta entonces, nos leemos.

Borja Alonso

Borja Alonso Alonso (Remolinos, Zaragoza, 1989) se define como el auténtico fracaso renacentista. Químico, nutricionista, polifriki, cocinero y funcionario. En sus ratos libres escribe en Caja De Letras y Relatosymentiras, y a veces, la gente le lee. Primer premio en Diversidad Literaria (Antología de primavera, 2018), Librería París (Navidad, 2019) y FreakCon de Málaga (Relatos de fantasía, 2020). Autor en las antologías ShowYourRare y #OrgulloZombi. En Julio del 2020 publicó su primera novela corta, «Grumo y Mosquito».

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