Este mes volvemos a realizar una incursión en la literatura de género de terror, fantasía y ciencia ficción de la mano de un autor que, a pesar de su relativa corta carrera, falleció a los cuarenta. Fue tan particular y atrayente que hasta el mismísimo H.P. Lovecraft se vio influido por ella. Quizá no os suene demasiado su nombre, pero, si sois aficionados al género, La casa en el confín de la tierra, considerada como su mejor novela, seguro que sí. ¿Todavía no os suena el autor? Vale… este mes hablamos de William Hope Hodgson. Vamos a ello.
William Hope Hodgson: su biografía
William Hope Hodgson nace un mes de noviembre de 1877 en el condado de Essex (Inglaterra), en el seno de una familia religiosa. De hecho, su padre era un pastor anglicano que tuvo doce hijos. Nuestro autor fue el segundo de ellos. Con un padre en constante movimiento, era trasladado de una parroquia a otra con mucha frecuencia, así que los huesos de Hodgson fueron a parar a un internado del que intenta escapar cuando tan solo tenía trece años para enrolarse en un barco mercante. Capturado y devuelto al infierno, un año más tarde su padre le permitiría enrolarse como grumete, estudiando y llegando a convertirse en marinero de carrera.
De aspecto enclenque, sufrió maltrato por parte de sus compañeros, lo que hizo que se centrará en cultivar su cuerpo. Y, aunque recibió una medalla al valor por salvar a un compañero de ser pasto de los tiburones, deja la marina en 1899 para montar un gimnasio. Más tarde, se pasaría al entrenamiento personalizado. Pero en esa época el culto al cuerpo no estaba de moda, así que cerró y se dedicó a escribir artículos sobre el tema en 1903.
Sin apenas repercusión entre el público, decidió pasarse a lo que sería su futuro: la ciencia ficción y el terror. Con recursos escasos, la literatura apenas le permitía subsistir. En 1912, con 35 años, conoce a la que sería su esposa, Betty Farnworth, columnista de la revista para mujeres Home notes. Teniendo ambos 35 años, se mudaron al sur de Francia, en 1913, por resultar la vida más barata. La Primera Guerra Mundial sorprende a Hodgson sin tener descendencia y, aunque llegó a ser nombrado teniente, en abril de 1918 un obús lo pulverizó, literalmente. Todavía no había cumplido los 41 años.
William Hope Hodgson: inicios literarios
Como todo buen autor de época que se precie, William Hope Hodgson hace sus pinitos en la poesía (que apenas fue publicada) y en la fotografía (aprovechando su etapa temprana en el mar). Aunque uno tiende a pensar que se empieza escribiendo en el género que nos marca, no siempre es así.
Hodgson decide comenzar a escribir cuando su trabajo como entrenador personal no genera ingresos suficientes para sobrevivir, publicando artículos especializados sobre entrenamiento gimnástico que llegaron a incluir fotografías del propio Hodgson realizando los ejercicios recomendados. El poco éxito de estos hace que siga los pasos de sus autores favoritos: Verne, Poe y H. G. Wells. Publicó su primer cuento, «The Goddess of Death», en 1904, en la revista The Royal Magazine, donde ya despuntaba. Aunque escribió después algunos artículos sobre su experiencia en el mar y dio algunas conferencias sobre esto, Hodgson volvería a las letras.
En 1906, la revista estadounidense The Monthly Story Magazine publicó el primer relato que pasaría a formar parte de sus Cuentos del mar de los Sargazos, dando pie a la venta de estas a diversas revistas americanas y británicas, costumbre que mantuvo durante toda su carrera (entre otros motivos, porque le daba de comer). Un año más tarde, en 1907, publicaría su primera novela, Los botes del «Glen Carrig», que recibió muy buenas críticas. Un año más tarde, publicaría la que ha sido considerada su mejor novela: La casa en el confín de la tierra.
William Hope Hodgson: su última etapa y la guerra
Cuando Hodgson se traslada al sur de Francia tras su matrimonio en 1912, las buenas críticas de su segunda novela tampoco consiguieron sacarle de su pésima situación económica. Y eso que la vida en su nuevo lugar de residencia era más llevadera por no ser tan cara. Siguió escribiendo y viviendo de sus relatos de diversos géneros: terror, fantasía y ciencia ficción, historias de amor y otros temas. Así fue hasta el final de sus días, ya que, aunque recibió un reconocimiento positivo de sus novelas, estas no le dieron de comer.
Aunque la intención de Hodgson era permanecer en Francia de por vida, el inicio de la guerra en Europa hace que se traslade de nuevo a Inglaterra. Regresa a Europa para intervenir en el conflicto armado como teniente de artillería. No quería saber nada del mar pese a su experiencia. Falleció por el impacto de un obús en 1918, en la batalla de Ypres (Bélgica) a los 40 años.
William Hope Hodgson: su obra y Lovecraft
William Hope Hodgson fue un escritor tardío. Su primera vocación no fue la de escribir, sino que lo hizo por necesidad. Pero las experiencias vividas las supo trasladar a sus escritos de forma magistral. Os voy a dar un par de ejemplos.
Tres de sus once hermanos fallecieron siendo niños, lo que hizo que Hodgson tratara el tema de la muerte infantil en varias de sus obras, incluidos algunos relatos. El segundo elemento sí afecto a toda su obra en general.
Como os dije al principio, Hodgson se enroló en la marina cuando contaba con catorce años. Su aspecto enclenque y su corta edad le granjearon las mofas de sus compañeros y acabó siendo maltratado. Todo esto, junto con lo vivido a lo largo de los años en la marinería, le marcaron profundamente, a él y a sus obras. Un ejemplo de esto lo encontramos en el conjunto de relatos Cuentos del mar de los Sargazos, profundamente influenciados por sus terribles experiencias en el mar. El escritor y crítico estadounidense de ciencia ficción, Sam Moskowitz, llegó a decir de su relato «Out of the Storm» sobre terror marino lo siguiente: «Hodgson, cuyo éxito literario se basa principalmente en sus experiencias en el mar, en realidad odiaba y temía al océano con una intensidad que convirtió tal temor en su pasión».
Lo cierto es que hasta el mismísimo H. P. Lovecraft se vio influenciado por su obra, hasta el extremo de criticarlo y alabarlo al mismo tiempo. Llegó a decir que su obra era de estilo indiferente, pero en ocasiones tremendamente poderosa en sus visiones de mundos y seres que acechan bajo la superficie de la vida. Pocos pueden igualarlo en la descripción de una humanidad sitiada por fuerzas innombrables. Así que el horror cósmico y las criaturas primigenias que permanecen a la espera de reaparecer y que Hodgson tan bien describe, las rescata Lovecraft ampliando el universo del horror cósmico. Del encuentro de Hodgson y el famoso mago Houdini ya hablaremos en otra ocasión. Si no soportáis la curiosidad pinchad en el enlace, os echaréis unas risas. Ahora tan solo queda echar mano de la obra de escritor que, con tan solo cinco novelas y unos cuantos relatos, ha entrado en la historia de la literatura de género por la puerta grande. Y para que veáis cómo se las gastaba con sus poemas, os dejo estos pocos versos:
Sé que los mares grises sueñan con mi muerte,
sobre las sombrías planicies donde la espuma medita,
entre los vientos lóbregos que braman sin descanso
y nada vive en el aire olvidado.
Sed buenos y leed mucho.
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