Cuando hablamos de las sagas de videojuegos, planteamos que uno de los principales problemas eran mantener una coherencia narrativa a lo largo de todos los títulos. Una solución simple era la de tratar los juegos como historias individuales en un trasfondo común, como la saga Yakuza (SEGA). Otra opción clásica era crear juegos completamente independientes, pero manteniendo los suficientes elementos representativos para mantener la coherencia de la saga, como las conocidas Final Fantasy (Square) o Zelda (Nintendo).
Algunos estudios, sin embargo, decidieron hacer que toda la saga funcione como una única historia que avanza y se expande en cada título. Aunque la idea parece simple e intuitiva, tiene muchos riesgos inherentes de la industria de los videojuegos. Dejar una historia abierta y que el siguiente juego no salga nunca, o mantener la coherencia narrativa en caso de cambios de equipos de diseño son dos claros ejemplos.
Una saga bien conocida que, personalmente, está siendo capaz de mantenerse en su propia línea narrativa es Resident Evil (Capcom). Dado que me gustaría mucho hablar más en detalle de cada uno de los juegos, y por evitar revelar detalles de la historia, no voy a dar información directa de la historia.
Una historia que evoluciona
El juego Resident Evil (Capcom, 1996) nos presentaba una historia compleja, pero bien definida, y un final bastante satisfactorio. Casi toda la información sobre la trama y el trasfondo nos la encontramos en forma de textos o imágenes paralelas a la acción del juego, más centrada en la supervivencia y en la resolución de puzles.
Tras el éxito de este primer título, dos años después se presentó Resident Evil 2 (Capcom, 1998), su secuela directa. Protagonizado por dos nuevos personajes, la acción transcurría apenas dos meses después de la primera entrega, y prácticamente en la misma localización. Con las mismas mecánicas y el mismo diseño narrativo, nos presentaba información que hacía avanzar la historia, y además aportaba datos que explicaban y expandían la historia anterior. El siguiente título, Resident Evil 3 (Capcom, 1999), aparte de compartir protagonista con el primer juego, desarrollaba la acción justo antes y justo después de Resident Evil 2, complementando y enriqueciendo la historia.
Expansión de la narrativa
En este punto, la narrativa del Resident Evil se fue expandiendo en muchos niveles. La historia del juego saltó a diversas localizaciones, alejándose del pequeño ámbito al que estaba reducida hasta ahora. Fuera de los llamados juegos canónicos de la saga (los que seguían la numeración clásica), empezaron a desarrollarse diversos spin-offs, así como cómics e incluso novelas. Estos spin-offs mantenían la coherencia narrativa y completaban la exposición de la compleja historia de la saga. Resident Evil Zero (Capcom, 2002), por ejemplo, explicaba los orígenes de los acontecimientos del primer título. Resident Evil: Code Veronica (Capcom, 2000) nos mostraba qué había pasado con algunos de los protagonistas y explicaba algunas historias no resueltas de las entregas anteriores.
Si bien las mecánicas y el diseño de juego de los siguientes títulos canónicos no fueron bien recibidos, narrativamente hablando sí fueron bastante interesantes. En el denostado Resident Evil 5 (Capcom, 2009), se muestra por primera vez el lugar donde comenzó toda la historia, temporalmente muy anterior al primer juego. Y, sobre todo, es en esta entrega donde finaliza el arco de uno de los villanos más carismáticos, tanto de la saga como de la historia de los videojuegos en general (el cómo acaba, o el juego en general, puede gustar más o menos; no voy a abrir ese melón).
Coherencia narrativa
A medida que se sucedían los títulos, los diseñadores de narrativa de Resident Evil han ido buscando los cabos sueltos e historias tangenciales y los han cohesionado a la historia global de la saga. Si bien alguna que otra ocasión nos encontramos con giros o puntos de inflexión que rozan el deus ex machina, en general la expansión de las historias de la saga mantiene una coherencia narrativa que pocos han sabido mantener sin crear un complejo entramado de líneas temporales y cambios dimensionales. Lógicamente, no todos los detalles están pulidos y se pueden encontrar fallos, agujeros de guion o pequeñas incoherencias. Algunas incluso son confesiones del mismo estudio, ignorando ciertos detalles de la historia para una mayor coherencia del resto de la trama.
Conseguir que la trama de una saga con tantos títulos (videojuegos y derivados) como Resident Evil mantenga esta coherencia narrativa no es sencillo. Independientemente de que los juegos gusten por su género o las mecánicas de cada uno, la historia de Resident Evil en su totalidad es interesante, entretenida y compleja. Y todo parece apuntar a que aún no ha terminado.
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