Juliana Vargas

Colombia, el pueblo del Realismo Mágico

Desde el otro lado del...

Cuando Gabriel García Márquez descubrió el Realismo Mágico

Cuando Gabriel García Márquez leyó el inicio de “La Metamorfosis”, declaró que no sabía que se podía comenzar una obra así. Me lo imagino pensando “¿Cuando Gregorio Samsa se despertó una mañana después de un sueño intranquilo, se encontró sobre su cama convertido en un monstruoso insecto? Tal vez eso sea ficcion en otras partes, pero en realidad es bastante común… si se va al sitio adecuado”Para Gabriel García Márquez, existía un sitio donde convertirse en un monstruoso insecto era algo común, no era ninguna ficción y, sin embargo, sería algo imposible en otros lugares. Tal vez, leyendo “La Metamorfosis”, Gabriel García Márquez se percató que plasmar su día a día en una obra era un Realismo Mágico en otras partes.

Cien Años de Soledad, un grito que clama por la Realidad

Realismo MágicoEl resultado del descubrimiento de Gabriel García Márquez fue Cien Años de Soledad, un relato el nacimiento, crecimiento y muerte de Colombia como sólo un colombiano sería capaz de verlo. Nacemos, maduramos, crecemos, ya no nos sorprendemos, nos acostumbramos a la magia, añoramos la realidad y morimos, para volver a empezar el ciclo, lo cual se refleja en los nombres de los personajes. Aureliano, José Arcadio, Úrsula…todos estos nombres se repiten y se repiten como si fueran el recordatorio de la naturaleza cíclica a la que estamos condenados.Siguiendo las enseñanzas de Franz Kafka, García Márquez comienza nuestro ciclo en Cien Años de Soledad de la siguiente manera:“Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo”.¿Quién se enfrenta a su propia muerte para recordar cómo conocio algo tan vulgar como el hielo? ¿Qué es el tiempo? ¿Qué son las reglas? Realmente no son nada, como no es nada toda aquella mística que rodea a Macondo. Somos el pueblo del Sagrado Corazón. Somos el pueblo en el que queman el Palacio de Justicia con todos dentro; somos el pueblo en el que, a la semana siguiente, un nevado hace erupción y desaparece un municipio entero, como si de una broma pesada se tratase. Somos el pueblo que masacra miles de personas y, aún hoy en día, hay quienes tienen la desfachatez de decir que esa tal masacre no es más que un “mito histórico”. Somos el pueblo en el que el concepto de “Pescas Milagrosas” adquiere un oscuro significado cuando los peces se convierten en humanos.¿Quién se enfrenta a su propia muerte para recordar cómo conocio algo tan vulgar como el hielo? ¿Qué es el tiempo? ¿Qué son las reglas? Realmente no son nada, como no es nada toda aquella mística que rodea a Macondo. Somos el pueblo del río de siete colores. Somos el pueblo de la Tierra del Olvido, de una catedral hecha de sal, del lagarto azul y delfines rosados. Somos el pueblo del oro escondido bajo una laguna y ciudades inundadas. Permítannos fascinarnos con el hielo.

Petición desde el pueblo del Realismo Mágico

Permítannos fascinarnos con el hielo, o con los trenes, o con la nieve o el Sol ¿Bellas mujeres ascendiendo a los cielos como la Virgen María? ¿Mariposas amarillas? ¿Hilos de sangre de un hijo llegando hasta su madre? ¿Muertos que, de pronto, nunca existieron? ¿Epidemias de insomnio? Ese es nuestro día a día, lo que ustedes llaman “Realismo Mágico” no es más que nuestra taza de café en las mañanas.Somos hijos de Macondo y el Realismo Mágico es nuestra vida. Somos quienes repetimos nombres en un ciclo eterno. Somos quienes nacemos, maduramos, crecemos, ya no nos sorprendemos, nos acostumbramos a la magia, añoramos la realidad y morimos. Somos sobre quienes lo escrito es irrepetible desde siempre y para siempre, porque las estirpes condenadas a cien años de soledad no tienen una segunda oportunidad sobre la tierra. No tenemos más que una oportunidad, así que repetimos el ciclo una, y otra, y otra vez…hasta que el aleteo de una mariposa amarilla nos salve de nuestra condena.“No entiendo por qué le dieron el nobel si lo único que hizo fue escribir historias que escuchaba de niño”, dijo la abuela de Gabriel García Márquez. Es cierto, el “Realismo Mágico” no es más que los cuentos con los que nos acostamos en las noches.

Juliana Vargas

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