Cómo documentarse es uno de los temas que más dolores de cabeza da a los escritores. De dónde sacarla y cómo utilizarla suelen ser algunos de los problemas habituales, por eso os dejo un pequeño decálogo para manejaros en un proceso que puede ser fascinante o llevarte directo a los infiernos.
1.- Todos los géneros necesitan documentarse
Son malas noticias si eres de esos que pensaba escribir fantasía para no tener que documentarse y poder “inventárselo todo”. Lo siento, no funciona así, ese personaje que carga la ballesta con una sola mano mientras hace volteretas lo vas a tener que revisar. Evidentemente unos géneros necesitan más documentación que otros, pero un cierto grado de conocimiento dota a tu trabajo de atmosfera y credibilidad, algo que el lector siempre agradece.
2.- ¿Cómo documentarse?
Lo más importante sobre cómo documentarse es saber qué tienes que buscar. Y puede parecer una afirmación de perogrullo pero es uno de los errores más comunes del autor novel, pensar que necesita conocer todos y cada uno de los detalles sobre el tema del que quiere escribir, por ejemplo: si narra la vida de un calígrafo querrá saber incluso cómo o dónde se hacían las mesas que usaba para trabajar, pero hay que detenerse y pensar si realmente esa información es relevante.
3.- La documentación al servicio de la historia
La documentación debe estar al servicio de la historia, debe aportar datos que sirvan o para crear atmósfera o para dar información al lector. Si no valen para ninguno de estos propósitos, no la uses.
4.- No tienes que patearte todas las bibliotecas de tu ciudad
Estamos en la era digital, si eres de los que hacen de la investigación “in situ” un modo de trabajo, esto no te parecerá interesante, pero realmente ya no es necesario patearte todas las bibliotecas y archivos de tu comunidad. Muchos de los fondos documentales más importantes están digitalizados y se puede acceder a ellos desde tu ordenador. Por no hablar del fácil acceso a artículos y material de divulgación. Aunque no te prives del placer de visitar los escenarios o lugares en los que ocurre tu historia o que creas que pueden inspirarte. Una foto nunca trasmite tanto como la experiencia personal.
5.- Calidad de la información
No permitas que los blogs o la Wikipedia sean tus únicas fuentes de documentación. Hay blogs maravillosos, pero es mejor poner siempre ese tipo de información en cuarentena y contrastarla con otras fuentes. Consulta además la fecha en la que se escribieron los artículos, cierta información se queda desfasada rápidamente.
6.- Cómo documentarse en buscadores especializados
Hay buscadores como Dialnet, especializados en divulgación que, además, son muy sencillos de usar. Y hay buscadores para casi cualquier temática que puedas imaginar. No tengas miedo de probar y testear estos sitios; son un vicio. De hecho pueden convertirse en poderosas fuentes de procrastinación. Pero no todo tiene que ser tan serio, a veces la información puede surgir de sitios tan variopintos como Papatatabrava, una red social donde los estudiantes universitarios cuelgan sus apuntes. Tal vez no sea la fuente más fiables del mundo, pero a veces se encuentran verdaderas joyas.
7.- Consulta un experto
Linkedin puede ser un buen lugar para contactar con profesores universitarios, profesionales, divulgadores y te sorprenderás de lo dispuestos a ayudar y de lo encantadores que llegan a ser. Las redes sociales son un punto de encuentro excelente…y un foco de procrastinación.
8.- Cómo documentarse en museos
Ya sea porque los visitas o porque te pongas en contacto con ellos, los museos son siempre fuentes de información maravillosa. Suelen tener catálogos y facilitan que te pongas en contacto con ellos. Y hay museos de todo.
9.- Aprende inglés
Muchas de las mejores redes documentales están escritas en el idioma de Shakespeare. Piensa que matas de dos pájaros de un tiro: consigues información y mejoras tu currículum.
10.- Deja de documentarte
En serio, reunir información puede ser adictivo y llegas a un punto en que todo te parece relevante e importantísimo. Si no eres capaz de ponerle freno acabarás metido en la fuente madre de toda procrastinación, la documentación se convertirá en un proceso interminable que te consumirá muchísimo tiempo y luego tendrás una ingente cantidad de información con la que te será muy difícil lidiar, más que nada porque querrás que en tu novela aparezca todo lo que has descubierto y acabarás a merced del infodumping.
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