La comunicación entre escritor e ilustrador
Hoy tratamos un tema que para algunos puede ser un poco espinoso porque es lo que yo llamo «El Gran Choque de Egos».
Por mi parte, pienso que es fácil hablar de este tema puesto que yo estoy en ambos bandos, es decir, por un lado soy de Bellas Artes y por otro lado también creo historias. Es posible que mi lado de ilustradora gane un poco al de escritora ya que llevo más años desarrollando esta actividad, pero intentaré ser imparcial en el artículo, pues es importante encontrar un equilibrio entre ambas partes.
La cooperación
Cuando se juntan para trabajar dos personas creativas pueden suceder varias cosas. El escenario más favorable es que sean dos personas que encajen muy bien, que se entiendan y que sepan transmitirse sus ideas. Trabajar así parece sencillo, ¿verdad? Porque lo es, y no es que sea poco frecuente: las personas creativas tienen muchas cosas en común las unas con las otras y suelen entenderse bastante bien.
Pero, desgraciadamente, no siempre es así, ya que poner a trabajar juntas a dos personas que generalmente trabajan solas y no tienen muy claro cómo es eso de formar equipo, puede desencadenar conflictos que dificulten el trabajo de ambos.
La importancia de la comunicación
Para empezar, lo más importante es la comunicación entre escritor e ilustrador. Tiene que haber diálogo y es muy importante hacer un seguimiento del trabajo del ilustrador, ya que éste necesita que el escritor le transmita sus ideas; de lo contrario, puede que al final se encuentre con algo muy diferente a lo que esperaba.
Por otro lado, es muy importante que el escritor investigue y se informe de cómo trabaja el ilustrador con el que va a colaborar, porque puede pasar que su estilo no sea apropiado para el relato. Para un ilustrador, su estilo es como su huella dactilar, es lo que le identifica, no puedes esperar que lo cambie totalmente para que se adapte a tu historia, es más fácil buscar un ilustrador en un directorio de ilustradores como el que publicamos en artículos anteriores.
El estilo de los ilustradores de estas dos imágenes es totalmente diferente. Como autor, debes elegir el tipo de ilustrador que se ajuste a lo que buscas.
Trabajar con libertad
Cuando se trabaja en equipo, hay una sensación de que la libertad creativa disminuye, pero no tiene por qué ser así. El escritor debe darle un voto de confianza y dejar al artista trabajar con cierta manga ancha y el ilustrador debe aceptar las opiniones del escritor sobre su trabajo siempre y cuando sean constructivas y sirvan para mejorar el trabajo. Cerrarse en banda y negarse a tener en cuenta las opiniones de la otra parte, o dedicarse a hacer críticas que no aportan nada, son una gran barrera que puede destruir el proyecto.
El ilustrador tiene que tener en cuenta la función comunicativa del arte, y más cuando se trata de completar un texto como es el caso del álbum ilustrado. Los dibujos tienen que ser lo suficientemente descriptivos para que la historia se entienda; aquí no vale el tema conceptual o demasiado rebuscado. Esto no quiere decir que las ilustraciones tengan que estar subyugadas al texto. No, pensar eso sería un error, porque, como dije antes, tienen que completarlo. Lo que quiere decir es que las acciones se vean perfectamente y el lector tenga claro en qué momento de la historia se haya, qué está pasando.
El seguimiento del trabajo
Y por último, lo más importante, amigos escritores: evitad por todos los medios que suceda la situación en la que le decís al ilustrador: «Yo no me imaginaba a mi personaje así, no me gusta nada», porque eso significa que todo ha fallado: O el escritor no ha sabido transmitirle al ilustrador sus ideas, o el ilustrador ha hecho lo que le ha dado la gana sin tener en cuenta para nada al escritor o la comunicación ha sido nula totalmente.
Cuando un ilustrador presenta los primeros bocetos, hay que procurar saber decir exactamente los cambios que habría que hacer en los personajes para que se ajusten más o menos a lo que queríamos plasmar en el texto; no podemos quejarnos luego si no hemos sido específicos. El «no me gusta» no le sirve a un ilustrador para mejorar al personaje.
Si tenéis alguna duda o pensáis que podéis aportar algo de vuestra experiencia en lo que se refiere a este tipo de trabajo en equipo, podéis dejar un comentario en este mismo artículo.
Muchas gracias por escribir este artículo.No siempre es fácil que exista una buena comunicación y tolerancia entre las partes, pero es importante llegar a puntos de común en pro de crear algo memorable.Aprovecho para hacerte una consulta relacionada.Una amiga ilustradora y yo hemos creado un álbum ilustrado que nos gustaría publicar este año. Después de hablar con alguna editorial y rechazar acuerdos por las condiciones que nos ofrecían, nos hemos decidido a iniciar una campaña de crowdfunding para sacar adelante el proyecto.No tenemos mucha experiencia en estas campañas y nos ha surgido la duda del reparto de porcentajes entre ilustrador y escritor en un cuento ilustrado. Tengo claro que la carga de trabajo de la ilustradora en un cuento ilustrado de 40 páginas o más es mayor que la del escritor, pero es igualmente cierto que es difícil definir la carga del escritor que ha realizado mas de cuatro versiones de la historia y le ha dedicado horas y horas para pulirla, además de participar activamente en el diseño creativo y de la campaña.Así pues, ¿qué porcentaje debería de llevarse cada uno?Muchas gracias de antemano y felicidades por el blog.Un cordial saludoFernando D. Umpiérrez