Son varios los libros o universos literarios que han dado el salto al juego de rol. Desde los más veteranos cómo El señor de los anillos, o la mitología de horror cósmico de H.P. Lovecraft. Pero también publicaciones mucho más modernas como Nacidos de la bruma de Sanderson, el universo de la Saga de Gerald de Rivia de Sapkowski o el futuro Proyecto Terralinde. Una de las claves para que esta transición sea exitosa radica en identificar lo que hace especial a cada una de esas sagas y saber trasladarlo a unas mecánicas de juego para hacer sentir a directores de juego y jugadores que están viviendo lo que quería el autor. Y pocas mecánicas han sido tan eficientes en eso como las de pérdida de cordura en los juegos basados en la obra de maestro de Providence H.P Lovecraft.
Lovecraft y la pérdida de cordura
Una de las características más evidentes de casi todas las obras que componen el ciclo de los Mithos es la sensación de que los personajes siempre se pagan un precio. Pese a conseguir sus objetivos siempre hacen un descenso a la locura a medida que la cordura se va esfumando paulatinamente. A veces esta pérdida de cordura se ve reflejada con brotes maníacos o de terror que aparecen de manera explosiva ante un horror evidente. Pero otras veces el camino es más insidioso, el la locura que llega de la comprensión del universo o un goteo constante fruto de pequeñas experiencias.
La cordura en juego
Uno de los primeros juegos que llegó a nuestro país fue “La llamada de Cthulhu” titulo homónimo al de un relato de Lovecraft. En este juego (cuya primera edición data del 1981 y la última de 2016) las mecánicas de pérdida de cordura se adaptan perfectamente al espíritu de los relatos de los Mitos de Cthulhu. Y edición tras edición han ido perfeccionando el sistema hasta llegara al actual.Las mecánicas de cordura son el equilibrador perfecto para la heroicidad estúpida de algunos jugadores que no casa en el tono de horror cósmico Les hacen saber que enfrentarse cara a cara con las criaturas más allá de la comprensión humana tiene un precio. Las heridas se curan, las balas se recargan… Pero recuperar la cordura es complicado.En un sistema en que la cordura media de un personaje virgen es de cincuenta puntos, pérdidas relativamente pequeñas en momentos de estrés de cinco puntos pueden llevar a periodos de locura transitorios. Los ataques de pánico que hacen perder al jugador el control total de su personaje son habituales.
“Las palabras que llegarán al lector no podrán ni siquiera dar una idea de la espantable naturaleza de lo que vislumbramos. Invalidó tan totalmente nuestra capacidad de discernimiento que me maravilla que conserváramos juicio suficiente para apagar las linternas, como habíamos decidido hacer, y correr por el túnel que conducía a la ciudad muerta. Debió ser el instinto lo que nos sacó del aprieto tal vez mejor de lo que hubiera podido hacer el raciocinio, aunque si fue eso lo que nos salvó, pagamos un alto precio por ello. Desde luego, juicio no nos quedaba mucho”.Las montañas de la Locura. H.P Lovecraft
Las perdidas pequeñas, si son continuadas, darán pie a traumas permanentes o incluso la pérdida del personaje. Los manuales de juego traen una buena lista de fobias, traumas, manías y trastornos mentales para que el director de juego los use para aderezar la vida del personaje que ha trasteado con lo incognoscible. Incluso pudiendo llegar al suicidio.
“Escribo esto bajo una fuerte tensión mental, ya que cuando llegue la noche habré dejado de existir. Sin dinero, y agotada mi provisión de droga, que es lo único que me hace tolerable la vida, no puedo seguir soportando más esta tortura; me arrojaré desde esta ventana de la buhardilla a la sórdida calle de abajo. Pese a mi esclavitud a la morfina, no me considero un débil ni un degenerado. Cuando hayan leído estas páginas atropelladamente garabateadas, quizá se hagan idea —aunque no del todo— de por qué tengo que buscar el olvido o la muerte.”Dagón. H.P. Lovecraft
También se puede recuperar cordura
Al igual que en los relatos y siguiendo la máxima de conseguir las mismas sensaciones para el lector que para el jugador, la cordura se puede recuperar. Las visitas a psicólogos y a psiquiatras pueden mitigar la pérdida o la visita a lugares queridos o rodearse de personas que dan paz al personaje también supone una mejora.
El precio de las artes oscuras
Por otro lado meterse de lleno en el entendimiento de la cosmología oscura, de la brujería o de la magia negra pasa factura. Cada hechizo arranca de la mente un trozo de cordura que no volverá. Los libros prohibidos aportan conocimientos que trastocan la mente.Las mecánicas de perdida de cordura han sido adaptadas a montones de juego y reimaginadas una y otra vez. Incluso para juegos que se basan en otras mitologías. Y esta es la prueba de que fue todo un acierto cuando hace treinta y siete años alguien decidió que serían uno de los pilares básicos del juego de rol de La Llamada de Cthulhu
0 comentarios