Benito Pérez Galdós.
Etapa de formación
Benito Pérez Galdós fue, sin duda, uno de los más grandes novelistas españoles, principal representante del realismo literario del s. XIX, además de destacado dramaturgo, cronista y político.
Nació en las Palmas de Gran Canaria el 10 de mayo de 1843, siendo el décimo hijo de un matrimonio acomodado. Su padre, coronel del ejército, le introdujo en el gusto por la historia, y los relatos históricos; afición que compaginaba con la música y el dibujo.
En 1962, tras obtener el título de bachiller, fue enviado a Madrid para cursar los estudios de Derecho. Recién llegado a la capital conoció a Francisco Giner de los Ríos, fundador de la Institución Libre de Enseñanza, quien sería uno de los primeros en alentarle a escribir. Fue esta una etapa de ambientes literarios y teatros y en la que pronto la Universidad quedó relegada a un segundo término, hasta el punto de que Benito Pérez Galdós acabó siendo expulsado de ella.
Empezó a colaborar con algunos periódicos y revistas, lo que le llevaría a presenciar destacados acontecimientos históricos, como el pronunciamiento de los sargentos del cuartel de San Gil. También, gracias a su trabajo periodístico viajó a París, de donde se trajo obras de Balzac y Dickens, que más adelante traduciría.
Producción inicial
Sus primeras obras publicadas fueron La fontana de oro (1870), La sombra (1870) o El audaz (1871). Mientras que estas últimas son novelas claramente vinculables al Romanticismo, la primera está considerada como adelanto de lo que constituirían sus Episodios Nacionales.
Los Episodios Nacionales, son tal vez la obra magna de Benito Perez Galdós, en ellos intentaría retratar de forma novelada los acontecimientos más destacables de la España del S. XIX. La obra queda constituida por un total de 46 episodios, divididos en cinco series (publicadas entre 1873 y 1912) empezando con la narración de Trafalgar hasta llegar a la Restauración borbónica.
Con la publicación de Doña Perfecta (1876), Marianela (1878) y La familia de León Roch (1878) Benito Pérez Galdós cierra una etapa literaria que él mismo describiría como «Novelas del primer período».
«Novelas contemporáneas»
A ese primer ciclo le siguieron sus «Novelas contemporáneas», iniciadas en 1881 con la publicación de La desheredada. Algunas de sus obras más importantes se encuadran en esta etapa de madurez: Fortunata y Jacinta (1886-87), Miau (1888) o Tristana (1892).
Radio Televisión Española realizó en 1980 una serie de diez capítulos de Fortunata y Jacinta, que fue un gran éxito de audiencia, con actores de la talla de Fernando Fernán Gómez, Ana Belén o Paco Rabal. Os dejamos el enlace a su página de Rtve a la carta.
En 1883 publicó Ángel Guerra, una de sus obras más alabadas, y ese mismo año ingresó en la Real Academia Española. Benito Pérez Galdós entra a partir de ese momento en una etapa un poco más experimental, en la que publicaría obras como: Realidad (1892), La loca de la casa (1892) y El abuelo (1897). En este período, su prosa se sumerge en una realismo extremo, en el que primaría la presencia del diálogo.
Diálogos
Los diálogos son fundamentales en la obra de Galdós, y entre sus costumbres de escritor estaba la de salir a escuchar a la gente. Se levantaba al alba y escribía hasta las 10, siempre con lápiz, y era a partir de esa hora que se deleitaba paseando por Madrid (algunos de los lugares frecuentados por el autor se recogen en este enlace) y espiando las conversaciones de la gente, observando cada detalle de utilidad para sus obras. Incluso en su época de diputado, las sesiones le servían como palco para observar conversaciones y comportamientos de lo que él llamaría «la sociedad española como materia novelable». Toda esta experiencia adquirida a pie de calle constituyeron los geniales mimbres con los que el autor canario fabricó los personajes llenos de matices que pueblan sus obras.
Última etapa
Durante el final de su vida se dedicó a la política y a su faceta de dramaturgo, que dio frutos tan recordados como la versión teatral de La loca de la casa (1893) o La de San Quintín (1894), aunque sin duda su estreno más recordado fue el de su Electra, el 30 de enero de 1901.
Su amistad con Sagasta, presidente del Partido Liberal, y su interés por la política le llevaron a ser nombrado, en 1886, diputado por Puerto Rico, desempeñando el cargo hasta 1890.
Su implicación política con la coalición republicano-socialista, unido a las críticas contra la iglesia, que había vertido en varias de sus obras, desencadenó enemistades con los sectores conservadores. Esto impidió que le fuera otorgado el Premio Nobel.
Benito Pérez Galdós murió en su casa de Madrid, el 4 de enero de 1920. El día de su entierro, una multitud de ciudadanos escoltó su ataúd hasta el cementerio de la Almudena.
En el Proyecto Gutenberg encontramos algunas de sus obras disponibles, así como gran cantidad de información sobre el autor en Cervantes Virtual.
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