H.P Lovecraft es uno de mis autores favoritos, pero lo curioso es que esto no es así por su obra, si no por la influencia que esta ha ido ejerciendo a lo largo del tiempo. El horror cósmico, esa experiencia de que no eres más que una mota de polvo insignificante en un vasto cosmos lleno de horrores que escapan a tu comprensión, ha extendido sus tentáculos en la cultura popular y lo ha hecho para quedarse. Estas aberrantes creaciones, fruto de los miedos y manías del autor, son tan famosas que las podemos encontrar en forma de adorables peluches, dibujos animados y canales de Youtube de ASMR. ¡Muy inquietante! Y de esto vamos a hablar hoy, de la influencia de los mitos de Cthulhu más allá de la literatura.
Pero antes de entrar en materia, vamos con las claves del horror cósmico.
Claves del horror cósmico
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La realidad es un lugar cruel y extraño.
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Nuestras vidas no significan nada, pues el cosmos y las fuerzas que lo mueven son indiferentes a la presencia humana.
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La falta de información genera desasosiego y vulnerabilidad en el lector.
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El conocimiento es peligroso, incluso portador de la locura y la corrupción.
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Las descripciones de aquello que está más allá del entendimiento humano quedan ligadas a las sensaciones, sentimientos y temores, dando libertad al lector para que se imagine como quiera este tipo de los horrores.
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Las historias de horror cósmico suelen acabar mal, muy mal.
Dicho esto, veamos una serie de obras que, para mí, representan a la perfección este horror cósmico y no forman parte de la literatura de Lovecraft o sus acólitos.
Un estudio en esmeralda, un relato de Neil Gaiman
Estudio en Esmeralda es un relato escrito por Neil Gaiman en 2004 para la antología Sombras sobre Baker Street, basada en Sherlock Holmes.
Resumen: me encantó. De hecho, es posible que este cuento sea de lo mejor del autor. El relato, al igual que toda la antología, mezcla el canon holmesiano con lo mejor de los mitos de Chulú. En este caso estamos ante una versión de Estudio en Escarlata donde los primigenios llegaron, ganaron y gobernaron. ¡El terror! Cada capítulo está introducido por un breve anuncio ficticio de periódico, lo que le da un poco más de sabor a la historia (ya entenderéis a qué me refiero). Y aquí voy a parar de hablar, pues cualquier dato que suelte podría arruinaros la experiencia.
«La llamaban Victoria porque nos había derrotado en combate hacía unos setecientos años, y se la llamaba Gloriana porque era gloriosa, y se la llamaba la Reina porque la boca humana no estaba conformada para pronunciar su auténtico nombre. Era enorme, mucho mayor de lo que yo habría creído posible, y se ocultaba entre las sombras, mirándonos desde arriba sin moverse»
Eternal Darkness, un juego de la Gamecube
Videojuegos basados en los mitos de Zulú hay muchos y muy variados. Tenemos aventuras tipo point and click, roguelikes muy locos, la saga Alone in the Dark y varias novedades de última generación. Muchos de ellos son juegos reguleros… con notables excepciones, claro (¡Bloodborne!) Los he jugado prácticamente todos, y tras un duro debate, me he decantado por esta joya viejuna de la Gamecube.
Eternal Darkness es un juego tipo Resident Evil, para que no entendamos. Puzzles, sistema de combate incómodo, vista en tercera persona… Pero la gracia de este juego no es la historia y sus mecánicas en sí, sino que tu personaje, además de la típica barrita de vida, munición y tal, tiene un indicador que mide su salud mental.
«Ni la muerte, ni la fatalidad, ni la ansiedad, pueden producir la insoportable desesperación que resulta de perder la propia identidad»
Si no cuidamos bien la cordura de nuestro avatar, el juego empieza a entorpecer al jugador y a romper la cuarta pared. Al principio, las estatuas se giran y los cuadros comienzan a seguirnos con la mirada, ok, pero conforme nuestro personaje se despeña a la locura, el juego se pone muy creativo: nos baja el volumen del televisor, finge que tus partidas se han corrompido (borrando el progreso), te invierte los controles, ¡incluso hace aparecer una mosca en la pantalla! Además de esta locura, que de por sí ya justificaría meter al juego en el artículo, la trama del juego gira entorno a investigación de los antepasados de la protagonista, los cuales están envueltos en una conspiración que involucra a dioses primigenios, horrores innombrables y libros forrados con piel humana. Classic.
En la boca del miedo, una película de John Carpenter
John Carpenter nos cuenta la historia de un investigador al que le encargan encontrar a un escritor de terror que ha desaparecido junto a su última novela. Este S.King 2.0 vende lo que no está escrito, así que la editorial está que se tira de los pelos. Lo que ocurrirá a continuación te provocará ardores no euclidianos.
Lo que empieza como una película de misterio malrollero bastante gore acaba transformándose en un delirio aterrador que nos transporta directos a la boca del horror cósmico más puro. In the Mouth of Madness es una película en la que, a pesar de que no se nombra explícitamente a Lovecraft o sus primigenios, se refleja toda la esencia de su horror cósmico. A mi me gustó mucho, sobre todo el primer acto y los giros finales. Tenemos dioses extraplanares, escritores trastornados, detectives adictos y manicomios decadentes. ¡El pack completo!
True Detective, la primera temporada
La primera vez que nombraron a Carcosa en esta serie casi me lo hago encima. ¿Perdón? ¿Pero esto no iba de asesinos endogámicos? True Detective transmite muy bien la decadencia, el desasosiego y la sensación de que hay fuerzas involucradas que se escapan de nuestro alcance. Me gusta que la serie deje tantísimo a la imaginación, y si bien es cierto que se menciona a los mitos de Txulu de forma muy sutil, referencias hay, si las buscas. Estas son algunas:
● El culto en Luisiana y el monstruo “espagueti”
● El tatuaje de Cthulhu de Reggie LeDoux
● El Rey Amarillo
● Los cultos innombrables
● ¡Carcosa!
● Las estrellas negras
● Tooooodo el capítulo final
Una despedida innombrable
Se me está acabando el espacio, así que me despido, amigos ignotos y ciclópeos. Me hubiera gustado hablar del LCG Arkham Horror, por cierto. Para el próximo mes puede que vuelva con un artículo sobre el humor o me anime a atacar el tema de los concursos literarios. Hasta entonces, ¡nos leemos!
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