“El resplandor” está considerada no sólo una de las mejores películas de terror de la historia del cine, sino también una de las más escalofriantes. El perfeccionismo obsesivo de Stanley Kubrick, su director, hizo que ostente el récord de ser la película comercial rodada en inglés que menor relación material filmado-material montado tiene de toda la historia del cine, apenas un 1%. Esto se debió a las constantes repeticiones de cada toma a manos del director de “Eyes wide shut”, logrando impresionantes interpretaciones a cargo de sus dos protagonistas, Jack Nicholson y Shelley Duvall. El plan de rodaje inicial pasó de 17 a 51 semanas y la escena en la que se explica lo que realmente es “el resplandor” tuvo planos de hasta 148 tomas, récord de toda la historia del cine. La película cuenta con una aterradora banda sonora compuesta principalmente para instrumentos de cuerda y su director de fotografía, John Alcott, rompió todos los tópicos del género al emplear luz natural o ambiental en cada plano, eliminando por completo la típica iluminación de luces y sombras habitual en el cine de terror. Como muestra del dominio de su director sobre el espectador, cabe la pena citar que hay muy poca sangre en la película (a pesar del hemoglobínico río que sale del ascensor), apostando más por un terror psicológico que físico. A pesar de tan titánico esfuerzo, la película no gozó de buenas críticas en el momento de su estreno pero sí fue un éxito de taquilla (costó 19 millones de dólares y sólo en los EEUU recaudó 44), si bien a día de hoy está considerada una de las cimas del género.
Una de las películas de terror más aterradoras de la historia del cine.
Descenso a la locura
“El resplandor” cuenta la historia de un hombre que lleva a su familia a un hotel cerrado en invierno con el fin de escribir una novela mientras la estancia lo va sumergiendo en su progresivo descenso a la locura.Kubrick utilizó el truco de repetir tantas tomas como arma de desquiciamiento y cansancio para sus actores, beneficiando claramente su labor interpretativa, pero cruzando una línea que ningún otro director había llegado a cruzar jamás, llegándole a generar a Shelley Duvall una fuerte crisis de ansiedad y la caída de parte de su pelo. El director de “Lolita” rodó un guión cuyos diálogos reescribía a diario de manera cronológica y puesto que no encontró el hotel perfecto donde rodarlo, mandó construirlo, llegando a utilizar diseños del arquitecto Frank Lloyd Wright. Estos decorados son espacialmente imposibles, creando así una atípica sensación de desorientación en el espectador.La película fue pionera en el uso de steadycam (si bien prototipos de esta herramienta fueron empleados antes en películas como “Un paso al frente”, “Rocky” o “Halloween”), un brazo articulado que unido a un sistema de contrapesos genera movimientos fluidos de cámara permitiendo que ésta esté fuera de un travelling o de una grúa. El uso de ese estabilizador permitió a Kubrick filmar serpenteantes paseos por los pasillos del hotel, sumergiéndonos así en la locura del protagonista. La fuerza de esta película traspasa la pantalla, como si los propios actores experimentasen el terror durante el rodaje.
«El Resplandor»: El libro y la película
La novela en que se basa la película fue escrita por Stephen King y fue un éxito de ventas. Escrita con el habitual y absorbente oficio del autor de “Carrie”, entre el libro y la película existen muchísimas diferencias, algo que desencantó profundamente a King, un empedernido amante del cine, hasta tal punto que lo llevaron a producir una miniserie de idéntico título en 1997 protagonizada por Steven Weber y Rebecca de Mornay, mucho más fiel al libro pero de irregular resultado. Debido a la consideración de obra maestra de la que actualmente goza el film de Kubrick, no está mal reivindicar la novela de King.El libro presenta una idea fascinante y quizás más cercana a la novela fantástica que a la de terror, a pesar de que sin lugar a dudas pertenece al segundo tipo: el hotel es un ente vivo que posee al escritor, el hotel es el auténtico villano. Esto es algo que no aparece en la película que además de su escalofriante contenido también plantea un sutil drama familiar de incomunicación, alcoholismo y malos tratos. Sin embargo, Kubrick lanza esa idea en la secuencia final de la película en la que vemos a Jack Nicholson atrapado en el hotel, por lo que la idea de King tal vez aparezca sublimada en el enigmático final del film del autor de “La chaqueta metálica”.Otra de las diferencias respecto al libro es que en la obra de King, el protagonista porta un palo de roque (la versión americana del cricket) en lugar de la icónica hacha de Nicholson o la aterradora secuencia en la que Shelley Duvall descubre lo que está escribiendo su marido, momento inexistente en la novela de King. En el libro tampoco existe el laberinto que sí existe en la película. Como curiosidad, Kubrick intentó que dicho laberinto tuviese monstruos animados en stop motion, idea totalmente desechada en el rodaje gracias al terror que produce la nieve nocturna.
Kubrick y el cine
El cine de Stanley Kubrick se caracterizó por su afición por las adaptaciones literarias. Autor de tan sólo trece películas, los únicos guiones originales que encontramos en su obra son los de su opera prima, “El beso del asesino” y el de “Espartaco”, escrita por Dalton Trumbo. Salvo en el caso de esta última, él fue guionista de todos sus trabajos. Sin embargo, su forma de adaptar literatura al cine era tan personal que a menudo, los autores de las novelas acababan decepcionados. Por ejemplo, “Teléfono rojo: ¿volamos hacia Moscú?” no es una novela cómica. Sin embargo, el negrísimo sentido del humor de Kubrick la convirtieron en la gran película que es.La obra del director de “2001: una odisea del espacio” es una lucha por hacer ver con los ojos de quien dirige la película, algo en lo que Stanley Kubrick quedará para la posterioridad como un vencedor absoluto.Tráiler de la película:<iframe width=»560″ height=»315″ src=»https://www.youtube.com/embed/5Cb3ik6zP2I» frameborder=»0″ gesture=»media» allow=»encrypted-media» allowfullscreen></iframe>
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