El punto y seguido, el punto y aparte y el punto final. Usamos el punto contantemente. Para segmentar oraciones, para segmentar párrafos y para concluir el texto. Tenemos grabado a fuego esa idea desde primaria. En resumen, esos son los principales usos del punto:
-
Punto y seguido. Separa oraciones dentro de un mismo párrafo. Se sitúa después de la palabra a la que sigue y con un espacio de separación con la palabra siguiente.
-
Punto y aparte. Separa párrafos. La palabra siguiente se escribe en otra línea sangrada y separada por un espacio más de los que estemos usando en el interior del párrafo.
-
Punto final. Es el que utilizamos para terminar un escrito.
Pero ¿esconden problemas?, ¿hay usos recomendados?, ¿hay usos que deberías evitar?
El uso del punto y seguido: si lo bueno es breve, dos veces bueno
Usamos el punto y seguido para separar oraciones gramaticales en el interior de un mismo párrafo. Por eso, las oraciones que en él aparezcan deben guardar entre ellas una relación de significado: una continuidad en el tiempo, una continuidad en el espacio o una continuidad lógica.
Este punto debe usarse con frecuencia porque estructura la sintaxis y la intención lógica del discurso. Si no lo hacemos, estaremos creando oraciones excesivamente largas que se construyen por acumulación de coordinadas sobre subordinadas. En los textos de escritores principiantes, esto se traduce en dificultades de comprensión y ambigüedad:
«Por parte del representante de la zona pirenaica y de Adecana se volvió a solicitar la inclusión del Sarrio como especie cinegética, petición que se lleva varios años solicitándose, ya que el cada vez mayor número creciente de sus efectivos y su expansión en el alto Pirineo Navarro aconsejan su aprovechamiento cinegético con el fin de equipararse con el resto de comunidades pirenaicas donde se caza con total normalidad».
En ese párrafo aparecen varios problemas generados por la ambigüedad de los referentes. Este problema es muy habitual en los manuscritos de autores noveles. Si hubiésemos optado por una segmentación en oraciones más breves, con algún inciso entre paréntesis, parece menos probable que esto hubiese ocurrido:
«Por parte del representante de la zona pirenaica y de Adecana, se volvió a solicitar la inclusión del Sarrio como especie cinegética. Esta petición, que llevaba varios años realizándose por el aumento de población de la especie (y su expansión por el alto Pirineo navarro), aconseja que se aproveche el Sarrio como se hace en el resto de comunidades pirenaicas. En ellas ya se caza a estos animales con total normalidad».
Si quieres algunas pautas sobre la extensión que deben tener tus oraciones, te recomiendo que vigiles los verbos: tres verbos suele ser un buen número. Enlazar cadenas de oraciones con menos de tres verbos puede simplificar demasiado los mensajes. Mientras, el abuso de oraciones con más de tres verbos puede hacerte caer en errores de concordancia y coherencia. Ante la duda, si lo bueno es breve, dos veces bueno.
El uso del punto y aparte: texto con perspectiva
El párrafo es una unidad de intención de comunicación. Cuando hemos acabado de expresar una idea completa, matizada y queramos pasar a otra que amplía, restringe o cambia el enfoque de lo que venimos expresando, debemos usar el punto y aparte. A veces, los párrafos aparecen encabezados por conjunciones o locuciones conjuntivas que expresan de forma inequívoca esta relación.
Esta vez, te recomiendo que vigiles las líneas, no los verbos. No deberías apoyarte en párrafo de más de quince líneas —huye, por favor, del efecto manual universitario y sus bloques de texto infinitos—. Pero también deberías evitar que tuviese menos de cinco líneas.
Recuerda que una carilla de un folio o una página sin un solo punto y aparte demuestra un fallo de estructuración del texto. Estás diciéndole al lector, implícitamente, que no has sabido organizar la información. No obstante, con una sucesión de párrafos de dos o tres líneas probablemente estemos más cerca de un esquema que de una redacción. Es difícil exponer ideas completas en un espacio de texto tan breve.
El uso del punto final: ¡Hasta la próxima!
Respecto al punto final no hay mucho que decir. Sí es importante que no escribas, por analogía, *punto y final. Lo usamos cuando hemos expresado de forma completa y precisa lo que queremos decir, y no tenemos intención de añadir nada más. En ese momento, cerramos el escrito con el punto final, justo como hago yo ahora.
0 comentarios