Guerra y Paz: El libro del mes
Ya hace muchos meses que estamos realizando artículos en torno a la figura de el autor del mes. A partir de ahora, además, haremos otra recomendando y dando información de uno de los títulos emblemáticos de dicho autor.
Concha Perea nos hablaba hace unos días de León Tolstoi como autor del mes. Seguro que su nombre os traerá a la cabeza al menos el título de dos de sus libros, “Ana Karenina” y “Guerra y Paz”. Es sobre este último en el que centraremos el presente artículo.
Guerra y paz, un nuevo género literario
Publicado en 1878 como obra completa, en sus páginas se narran las vicisitudes de los miembros de dos familias aristocráticas rusas, los Bolkonski y los Rostov, durante la invasión napoleónica de Rusia, la batalla de Borodino y el incendio de Moscú. Tolstoi recrea la vida de un numeroso elenco de personajes poco habitual en una novela, realizando un fresco realista de la sociedad Rusa decimonónica a lo largo de un periodo que abarca unos cincuenta años llenos de contradicciones y grandezas, reflejando con crudeza lo que la literatura de la época no había hecho hasta ese momento.
Con esta obra, Tolstoi rompe con el género literario que se imponía en esas fechas, el Romanticismo, convirtiéndose junto a Dostoyevski en los máximos exponentes del Realismo Ruso, una tendencia que pretende dejar de lado la amabilidad que tanto gustaba a la burguesía y empezar a reflejar el movimiento filosófico dominante de Compte y su positivismo, que tenía como fuente de inspiración la observación y la experiencia. En un principio contó con el rechazo social de los lectores en potencia, la burguesía, que no quería saber nada de lo que ocurría con el proletariado, ni leer sobre lo feo y vulgar de una sociedad que vivía más allá de su clase social. Pero el empecinamiento de los escritores, a pesar de las penurias económicas que tuvieron que soportar, hicieron que este nuevo modo de escribir se impusiera.
Novela histórica que conjuga y mezcla perfectamente a los personajes inventados con los reales de la época, entrelazando guerra, amor y conspiraciones a lo largo de sus cuatro tomos y mil novecientas páginas, está cargada de profundas reflexiones sobre la vida y la muerte, pero destacando sobre ellas las relativas al amor y a la familia. Porque al final, Guerra y Paz es una novela que trata sobre el amor y la importancia de la familia ante todo lo demás, aunque no lo creáis. De lectura obligatoria en las escuelas rusas, aquí nos tira hacia atrás su extensión. Por eso nos perderemos frases tan suculentas como estas:
“¡Goza de estos momentos de felicidad, trata de que te amen, ama! No hay más verdad que esa en el mundo.”
“Sólo conozco dos males reales en la vida: la enfermedad y el remordimiento”.
Como dato curioso habría que decir que “Guerra y Paz” no aparece como novela hasta el año 1878. Durante más de dos años (1865 – 1868) los primeros capítulos son publicados como fascículos en la prestigiosa revista literaria de la época “El mensajero ruso”. De referencia en el mundo cultural de mediados del siglo XIX, y contando con colaboradores habituales de la talla de Tolstoi, Dostoyevski y Turguénev, sus páginas eran utilizadas para, a través de sus relatos y reflexiones, reflejar la crudeza social de aquellos años.
En Wikipedia puedes leer un resumen de cada una de sus cuatro partes.
Cine y Literatura
Como cualquier obra literaria que se precie, “Guerra y Paz” también ha sido llevada al cine, a la televisión e incluso a los dibujos animados. A mí, personalmente, me gusta la dirigida por King Vidor en 1956. Quizás porque sus protagonistas son Audrey Hepburn y Henry Fonda, entre otros. Quizás por el encanto, grandiosidad y realismo en los rodajes de esa época. O tal vez, porque soy un romántico. Contó con el mejor reparto posible de actores americanos y europeos, Gassman se encontraba entre ellos; una fotografía excelente; interpretaciones inolvidables llenas de fuerza y verosimilitud y una adaptación magistral de la novela de Tolstoi. Y por eso, quizás, fue un fracaso en taquilla.
Conclusión:
Que los cuatro tomos y sus mil novecientas páginas no te supongan un problema. Hay que leer “Guerra y Paz”. Si yo he podido hacerlo, tú también. Y si no me crees, en El Mundo te dan 1900 razones para leerla.
Hasta el próximo clásico. Pero eso sí, prometo que no tendrá tantas páginas.
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