Igual que un abogado no se sabe todas las leyes y decretos al dedillo ni un farmacéutico conoce todas las propiedades de los medicamentos de memoria, es raro que un corrector de textos o un asesor lingüístico haya profundizado en todos y cada uno de los recovecos de la norma y el uso de la lengua española. El buen abogado, el buen farmacéutico y el buen corrector comparten algo: saben a qué fuentes acudir para solucionar las dudas que surjan en su trabajo.
Si alguna vez has corregido el texto de un buen amigo —o incluso te has atrevido a corregirte a ti mismo—, habrás experimentado alguna vez ese sentimiento de indefensión: ¿Es tal como o tal y como? ¿Es íbera, con tilde, o ibera, sin tilde? ¿Es san Lorenzo, mártir; San Lorenzo Mártir; San Lorenzo, mártir…? Y eso que no hemos ahondado en los problemas que generan esas pérfidas preposiciones.
Como el verano es una buena época para ponerte a corregir tu novelita, o hacer por fin para tu colega ese beteo que lleva exigiéndote todo el invierno, te dejo aquí algunas herramientas útiles para corregir textos con algo más de confianza en los cambios que estás introduciendo.
Herramientas útiles para corregir textos: webs y portales
Internet es un invento maravilloso para un corrector. Hay centenares de sitios web que merece la pena visitar con frecuencia para solucionar tus dudas. Tenemos blogs de expertos en lengua, corpus lingüísticos, diccionarios en línea… No te lo pienses: crea una carpeta en tus marcadores favoritos para estos recursos, seguro que durante tu próxima corrección me lo agradeces.
Los blogs de expertos en lengua española deben estar en esos recursos favoritos, sí o sí. Son como pequeños recetarios en los que podrás encontrar platos que harán más sabrosos tus escritos. Tienes, por ejemplo, webs como Atutía para textos de Pilar Comín o el Blog de Lengua de Alberto Bustos. Pero hay decenas de ellos.
Según lo específica que sea la cocina, deberás buscar unas webs u otras. Para esto las redes sociales son fundamentales. Si lo tuyo es la cocina extranjera y los exotismos de otras partes del planeta, quizás te interese visitar regularmente un portal de traducción como En la luna de Babel, de Scheherezade Surià. Y si quieres una cocina más empírica y de vanguardia, donde quieras estar al tanto de las últimas novedades en textos científicos, debes pasarte por El nanoblog del Gonz.
No obstante, si queremos corregir problemas concretos, debemos tirar de los que nunca (o casi nunca) fallan: la Ortografía de la lengua española, la Nueva gramática de la lengua española y el Diccionario de la lengua española. Las tres obras se pueden consultar virtualmente —aunque para más comodidad nunca viene mal tenerlas en físico— y van a resolver tres de cada cuatro problemas que encuentres en un texto. Prometido. También puedes acompañarte del Diccionario panhispánico de dudas, las consultas a la FundéuRAE y de la Wikilengua. Cada una de estas fuentes resuelve dudas diferentes, así que tendrás que pensar dónde estará la respuesta antes de ponerte en modo sabueso.
Te animo a que investigues también herramientas utilísimas como Enclave RAE o el asistente de corrección Stilus. A pesar de que son herramientas aún imperfectas, tienen mucho que aportarte como asistentes lingüísticos. Busca, busca y busca, y no dejes de buscar. Hay diccionarios tan originales como el DiccET (Diccionario del español total), donde se recogen maldades como «permatrago» o «crotolamo». ¡La diversión es inagotable!
Herramientas útiles para corregir textos: corpus lingüísticos
Estas obras no tienen todas las respuestas. Sin embargo, si unes a estos asesores personales los corpus lingüísticos de la RAE —CORDE, CREA y CORPES XXI— y otros como el Ngram Viewer de Google, podrás resolver muchas cuestiones de las que plantea una corrección estándar. Gracias a ellos, puedes comprobar la frecuencia de uso de ciertos segmentos. Así puedes comprobar si lo que tú escribes lo ha escrito antes alguien. Pero cuidado: dar con las palabras claves para encontrar solución a tu duda es más difícil de lo que parece. Así que, no dejes de dudar para no dejar de aprender. Porque estos son los corpus más conocidos, pero los hay de todo tipo y pelaje: corpus orales del español rural, corpus de español de migrantes, corpus de conversación coloquial…
Bucea en redes sociales y en Google, porque puedes encontrar más de una agradable sorpresa. Hace poco, por ejemplo, se ofreció gratuitamente el conocido Diccionario de uso de las preposiciones españolas de Slager. Si buscas, quizás aún puedas encontrarlo. Este diccionario y muchas otras herramientas útiles para corregir textos. ¡Coge el pico y la pala, y busca, amigo textófilo!
Herramientas útiles para corregir textos: más allá de la RAE
Aunque te cueste creerlo, las obras de la RAE no son la Biblia. Hay muchas otras fuentes que a veces hacen recomendaciones diferentes a las de la Academia, que quizás encajan más con tu forma de ver la lengua. Hablamos, cómo no, de la colección de obras de José Martínez de Sousa en la editorial TREA. Y del Diccionario de uso del español de María Moliner. Y otras obras de referencia que pueden ayudarte a pulir el uso de los tiempos verbales o a controlar el torrente de anglicismo, como el Curso práctico de corrección de estilo de Susana Rodríguez-Vida.
Espero que este puñado de herramientas útiles para corregir textos te ayuden a pulir lo que vayas a revisar este verano. Familiarizarte con ellas, aprender a utilizarlas y aplicar las recomendaciones que encuentres a tu texto puede hacer que tu manuscrito acabe siendo publicado. Así que, si no te planteas contratar unos servicios de corrección de textos, aprender a desenvolverte por tu cuenta con estas herramientas puede ser una buena alternativa. Ahora te dejo a ti la parte más difícil: ¡aprender a utilizarlas!
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