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La obra de un gran equipo
Un buen ejemplo de buena adaptación de literatura al cine en los últimos años es, sin lugar a dudas, “La carretera”, dirigida por John Hilcoat y escrita por Joe Penhall. La película está protagonizada por Viggo Mortensen en el papel del padre, por Kodi Smit-McFee en el papel del hijo y por Charlize Theron en una breve aparición como esposa del primero y madre del segundo. Fue estrenada en 2009. La carrera de este director está marcada por su tono duro y sin concesiones, algo presente en su obra desde que debutó en la dirección de largometrajes en 1989 con la película “Ghosts… of the civil dead” hasta su más reciente “Triple 9”. Junto a “Apocalypto”, de Mel Gibson, esta película habla sobre la lucha por la supervivencia en un mundo hostil, a la vez que supone una reivindicación de la familia como unión y como forma de lucha, de forma similar a la película del director de “Braveheart”.
Supervivencia
La película se basa en una de las mejores novelas del escritor estadounidense Cormac McCarthy, ganadora del premio Pulitzer. El lenguaje que emplea es de una sencillez aplastante. La desolación y la falta de esperanza están presentes en cada página del libro. La prosa de McCarthy va tan directa al grano que prescinde de guiones en las frases que sentencian sus protagonistas, un padre y un hijo que vagan por un mundo en el que ha habido un misterioso cataclismo que ha dejado el planeta sin vegetación y con una mortaja en el cielo que impide ver el sol. Los habitantes de nuestro planeta viven alimentándose de latas de conservas que encuentran en hogares abandonados en una sociedad donde la mayor parte de los seres humanos que han sobrevivido, o han perdido la cordura o se han convertido en caníbales. La película comienza con nuestros protagonistas luchando por su supervivencia ante ese panorama.
El libro y la película
Al comienzo de la película, a través de un flashback se nos narra una de las más angustiosas secuencias que una servidora vivió en una sala de cine en el año en que se estrenó. Al poco de la hecatombe acontecida, la esposa del padre decide que no quiere seguir viviendo en un mundo así, ha perdido sus facultades mentales. El padre le ruega que no se vaya, pero ella no quiere dar su brazo a torcer. El padre le suplica que piense en él y en su hijo pero ella no puede vivir en un mundo así. De pronto se gira y desaparece en una atmósfera dominada por la niebla y la ceniza. Las portentosas interpretaciones de Mortensen y Theron unidos a la emotiva música compuesta por Nick Cave y Warren Ellis hacen de este un momento desgarrador, dejando al espectador con el corazón en un puño. En la novela este hecho se nos plantea de manera más calmada y más sutil, más abstracta, a través de breves flashbacks dosificados al comienzo de la misma. En ellos vemos al personaje de la madre como una mujer misteriosa y con tendencias suicidas hasta que ella desaparece para siempre, algo narrado con gran elegancia y calma, pero sin la fuerza de la secuencia de la película. McCarthy consigue sin decir gran cosa que te imagines lo que ha ocurrido. Simplemente magistral, que tenga menos fuerza no lo hace menos hipnótico. Eso es hacer cine; eso es escribir una novela; eso es adaptarla al lenguaje del séptimo arte.
Cormac McCarthy hecho cine
A pesar del extraordinario resultado a todos los niveles de la película de Hilcoat (con una fotografía del eibarrés Javier Aguirresarobe que debería haber ganado el óscar, para una servidora, una de las cimas de ese apartado en el cine contemporáneo), no puedo evitar pensar lo que habría sido esta película si hubiese tenido un montaje más lento y hubiese prescindido casi en su totalidad de música; es decir, si hubiese adoptado el tono duro y sin esperanza de otra gran película basada en una novela de Cormac McCarthy, “No es país para viejos”. Esa lentitud y esos silencios de los que hace gala la película de Joel y Ethan Coen, hubiese creado una desolación y un pesimismo aún mayores que sí están en el libro. A pesar de que con ese lenguaje audiovisual nos hubiésemos perdido secuencias de enorme tensión como aquella en la que el padre y el hijo deben escapar de una casa habitada por caníbales y por humanos mutilados, eso le hubiese dado a esta película el acceso al olimpo de las obras maestras del cine. Curiosamente, John Hilcoat utilizó esta forma pausada de narrar en su anterior propuesta, el también fascinante western nihilista “La propuesta”. En cualquier caso, “La carretera” es una gran película y como tal debe ser recordada. Esperemos que la adaptación que planea Hollywood sobre otra obra maestra de Cormac McCarthy, “Meridano de sangre”, esté a la altura del film de John Hilcoat.Link al tráiler
La película se basa en una de las mejores novelas del escritor estadounidense Cormac McCarthy, ganadora del premio Pulitzer.
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