Me viene a la memoria el capítulo 4 de la cuarta temporada de “El Ministerio del Tiempo”. Los “ministéricos” seguro que ya han adivinado de cuál se trata. ¿Sabéis qué tiene de especial y por qué lo comento? ¿Conocéis la existencia del “Anacronópete”? Antes de que los ojos se os salgan de las órbitas, os diré que se trata de una obra de ciencia ficción española de 1887 escrita por Enrique Gaspar y Rimbau. En ella aparece una máquina del tiempo con todo lujo de detalles. Y por mucho que os lleve a asombro, añadiré que se adelantó a la descrita por George Wells en su libro “La máquina del tiempo” del año 1895. ¿Cómo se os queda el cuerpo? Venga, vamos a darle marcha a la edad de oro de la ciencia ficción, a ver qué nos encontramos.
Pero esto de la edad de oro de la ciencia ficción ¿de qué va?
Se dice que la edad de oro de los libros de ciencia ficción está comprendida entre 1939 y 1946. Pero realmente es acuñada como tal en 1938. Cuando uno de los escritores de ciencia ficción llamado John W. Campbell, se convirtió en editor de la revista “Astounding”, o como se llama actualmente, “Analog”.
Y ahora te preguntas ¿Astounding/Analog qué y para qué?
La verdad es que Campbell podría decirse que era un adelantado para su época. Tenía muy claro a dónde y cómo quería llegar con el tema de la ciencia ficción.
¿Sabías que en plena Segunda Guerra Mundial, el FBI le hizo una “visita” a Campbell por una publicación realizada en la revista, donde se describía de forma detallada una bomba atómica, para saber dónde había encontrado la información? Os sorprenderá el por qué de tanto revuelo. Simplemente, porque Hiroshima todavía no había ocurrido.
Ya veis que la imaginación de algunos escritores, sean o no de la edad de oro de la ciencia ficción, va por delante de la realidad. ¿Qué fue antes, el huevo o la gallina?
Una de las ideas de Campbell era aumentar la calidad de los escritos de ciencia ficción. Y la otra, dar a conocer a escritores como Isaac Asimov, Clifford D. Simak, Lucille Moore, Robert A. Heinlein, Ben Bova, Philip K. Dick, Geoffrey Landis, Arthur C. Clarke, Leonard Kapp…
La condición que les exigía para escribir en la revista, era que introdujesen la tecnología de manera natural en sus relatos. Que fuesen historias especulativas pero que se pudiesen sostener por sí mismas. Con todo ello consiguió popularizar la edición de novelas con unos argumentos más extensos y complejos.
¿Alguna recomendación de escritores de la edad de oro de la ciencia ficción?
Isaac Asimov es uno de mis autores favoritos. “Yo Robot”, “El hombre bicentenario”, “Los robots del amanecer”…
Gracias a él (algunos dicen que también a Campbell), se quedaron fijadas las tres leyes de la robótica:
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Un robot no hará daño a un ser humano ni, por inacción, permitirá que un ser humano sufra daño.
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Un robot debe cumplir las órdenes dadas por los seres humanos, a excepción de aquellas que entren en conflicto con la primera ley.
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Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la primera o con la segunda ley.
¿Te fías de las máquinas?
En “Robots e imperio”, un robot se saca de la manga la ley cero imponiéndose a las tres leyes de la robótica. Así un ser humano puede llegar a ser sacrificado en beneficio del conjunto de la humanidad.
Un escritor diferente, con descripciones frías, sin ambages, y al que se le dice que pertenece a la ciencia ficción dura. ¿Alguna idea de quién puede tratarse?
¿Y si os digo que doce años antes del lanzamiento del Sputnik, publicó un artículo anticipándose a la idea de la órbita geostacionaria y el transbordador espacial y que por eso lleva su nombre? ¿No?
Se trata de Arthur C. Clarke. Algunos de sus libros estrella son “La estrella”, “2001, Una odisea en el espacio”…
Con Philip K. Dick, algunos dirán ¡¡ciberpunk!! ¡¡Ucronía!! Y sí, tienen razón. Pero también está dentro de los escritores de la edad de oro de la ciencia ficción. Brotes psicóticos y algunas visiones relacionadas con una inteligencia superior llamada VALIS le sirvieron para escribir la novela SIVAINVI.
¿Y si Estados Unidos no hubiese ganado la Segunda Guerra Mundial? Os aconsejo su libro “El hombre en el castillo”.
Escritores geniales pero, ¿hay cabida para otros nombres menos conocidos e igual de interesantes, quizás algún español?
Vamos a decir que sí pero con la boca pequeña.
La ciencia ficción en nuestro país más bien interesaba poco y, en todo caso, la extranjera. De todas formas no ayudó mucho la guerra civil española que paró por completo las publicaciones, entre ellas, las de ciencia ficción.
Digamos que la edad de oro de la ciencia ficción irrumpió en España hacia los años noventa. Fanzines como BEM y GIGAMESH, el Congreso Nacional de Fantasía y Ciencia Ficción celebrado desde 1991, y los premios Ignotus, hicieron que cobrase fuerza en nuestro país.
¿Y antes de los años noventa, nada más?
Pioneros antes de la edad de oro de la ciencia ficción española y extranjera
Pues sí, en 1918 y hasta 1922 el español que se lanzó, más bien con el space opera, fue José de Elola conocido por Coronel Ignotus. En sus libros aparecían extraterrestres y naves espaciales. Por ejemplo su libro “Del océano a Venus” donde se habla de viajes planetarios en el siglo XXII.
¿Imagináis dos novios bilbaínos del siglo 2000 congelados por una fuga de aire líquido, quedando hibernados hasta el año 10000? Todo esto y su despertar entre dos castas, la élite y la de los parias, se pueden leer en “El amor en el siglo cien”.
Para que luego digan que en nuestro país no hay imaginación. Si este señor levantase la cabeza…
No quería finalizar esta entrada sin tener una mención especial al Julio Verne español de la época. Muy pocos conocen de su existencia, y sería una pena no acordarnos de Jesús de Aragón que escribió unas quince novelas bajo los pseudónimos de Capitán Sirius y J. de Nogara.
Algunos de sus libros de ciencia ficción: “Cuarenta mil kilómetros a bordo del aeroplano “Fantasma”, Viaje al fondo del océano”, “Los piratas del aire”…
Pero su novela por excelencia es “Una extraña aventura de amor en la Luna”. ¿Sabíais que el protagonista es un escritor real?
Camille Flammarión autor de “La pluralidad de los mundos habitados” es el protagonista de esta novela en la que junto a otros científicos visitan la Luna. Allí descubrirán que es parte de la península del Yucatán desprendida de La Tierra. Sus habitantes son descendientes de los pueblos maya y azteca y están enfrentados entre sí. Los terrícolas tomarán partido por uno de los pueblos y tras varios avatares, conseguirán volver de nuevo a la Tierra.
Y para finalizar permitidme un apunte curioso del 30 de octubre de 1938
En las radios estadounidenses pudo oírse el siguiente mensaje:
“Damas y caballeros, tengo que anunciarles una grave noticia. Por increíble que parezca, tanto las observaciones científicas como la más palpable realidad nos obligan a creer que los extraños seres que han aterrizado esta noche en una zona rural de Jersey son la vanguardia de un ejército invasor procedente del planeta Marte…”
¿Qué ocurrió realmente?
Si queréis averiguarlo, ya sabéis dónde encontrarme…
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