Concepción Perea

La figura del mago en la literatura

Personajes
La figura del mago en el arte

La diferencia entre la figura del mago en la literatura y la del brujo reside en cómo obtienen sus poderes. El primero adquiere sus conocimientos y poderes gracias a un don de nacimiento o al estudio de las artes mágicas, el brujo lo hace vendiendo su alma a poderes oscuros o adquiriendo conocimientos impíos por medios pocos lícitos. Para dejarlo claro y los magos son personas estudiosas que utilizan sus poderes para el bien, los brujos por otro lado suelen tener una naturaleza maléfica.

Evidentemente no es una definición exacta, pero a grandes rasgos, estas líneas se han seguido dentro de la fantasía desde sus inicios. De ahí que, la figura del mago en la literatura ha sido mayoritariamente la de personajes masculinos benignos, las brujas siempre han sido mujeres, malvadas antagonistas. E incluso cuando a una mujer se le otorga el título de maga, suele estar envueltas en un aura oscura, como Medea, Circe o Morgana.

La moraleja es clara, las mujeres sabías son peligrosas y usan sus conocimientos con fines cuestionables. Por supuesto, existe la figura del mago malvado. Tenemos a Saruman, al Mago Rojo o a Voldemort, pero la cantidad de hechiceros malvados que encontramos en la literatura es bastante menor que las de sus homólogas.

El origen de la figura del mago en la literatura

La figura del mago en la literaturaHa llovido mucho desde que, en 1911, J.R.R. Tolkien viese una ilustración del judío errante que, según cuentas varias fuentes, le inspiraría a la hora de crear a Gandalf el Gris. No es, ni de lejos, el primer mago de la literatura, aunque seguramente junto a Merlín, que sería otra clara inspiración para Tolkien mientras creaba a su mago, son dos de las figuras del mago en la literatura más famosas. La lista de autores que han creado a los magos siguiendo estos estereotipos es muy larga. Durante mucho tiempo los magos fueron hombres mayores, ávidos de conocimiento, de comportamiento misterioso, cuando no estrafalario con barbas largas, túnicas y sombreros curiosos.

Con el tiempo, el estereotipo se convirtió en un cliché, una figura repetida hasta tal punto que resulta ridícula. Terry Pratchett, siempre tan afilado a la hora de reírse de los tropos de la literatura fantástica, le sacó muchísimo partido con el maravilloso Rincewind y los magos de la universidad invisible. Para entonces el tropo ya empezaba a cambiar y la figura del mago se renovaba gracias a obras como “Un mago de Terramar” de Ursula K LeGuin, Crónicas de la DragonLance y las novelas de Elric de Melniboné que empiezan a actualizar la figura del mago en la literatura.

La fase heroica

Elric de Melniboné, el emperador albino y campeón eterno, comparte con Raistlin Majere una constitución enfermiza y una sed de conocimiento que los lleva a enfrentarse a cualquier que trate de oponerse a ellos. Aparece un rasgo de los magos que aunque ya se había delineado estaba por explotar la pasión por la búsqueda de poder y sabiduría, el deseo de alzarse por encima de los mortales y transcender gracias a la magia.

No era un tema nuevo en la literatura, pero ambos personajes supieron convertirlo en su enseña personal. Además, en la literatura clásica, los hechiceros ávidos de conocimientos suelen hacer pactos con entidades oscuras en las que suelen acabar malparados. Tanto Raistlin como Elric rompen ese tropo. Aunque haya que pagar un gran precio, ambos personajes logran sus objetivos, si bien la relación de Elric con su espada Stormbringer era más bien oscura, Elric es un mago maldito, como también lo es Raistlin, y aún así se convierten en leyendas en sus mundos.

Por otro lado, tenemos a Ursula K Le Guin, con sus Cuentos de Terramar. La escuela Roke es un precedente importantísimo para que más tarde J.K. Rowlin crease Hogwarts. La figura del mago en la literatura de Le Guin es la más humana de todos, sus poderes tienen usos cotidianos y se basa en la sabiduría, en el conocimiento de los nombres de reales de la cosas y en mantener el equilibrio del mundo. Es curioso que estas obras nos ofrezcan una dicotomía entre magos y brujas, siendo estas más pasivas y menos poderosas, aunque luego veremos a Tenar, una sacerdotisa que en la práctica es una maga con todas las de ley. Gavilán busca el conocimiento, pero sus motivos son más filantrópicos que los de sus antecesores.

La fase mundana de la figura del mago en la literatura

La figura del mago en la literaturaEstos magos más humanos nos llevan a otro tipo de personaje, el mago urbano, como John Constantine en los cómics de la Cosa del Pantano y HellBlazer o su heredero, Harry Dresden. Estos magos no desdeñan de usar armas mundanas para lograr sus fines. Al igual que los detectives en la novela negra, esta figura del mago se mueven por los bajos fondos de un mundo mágico oscuro. Son magos de moralidad cuestionable, aunque en última instancia siempre serán la última línea de defensa de la humanidad. En esta línea nos encontramos también a Rob Howard, el entrañable y divertidísimo tecnomago creado por Charles Stross, el funcionario protagonista de «El archivo de atrocidades«, que siente un comprensible odio por la burocracia y las videoconferencias de trabajo.

A grandes rasgos esto sería un repaso de la evolución de la figura del mago en la literatura. Se han quedado muchos en el tintero y este articulo me obligará a escribir otro dedicado a brujas y hechiceras en un futuro próximo. Los arquetipos funcionan cuando evolucionan para adaptarse a los gustos y necesidades narrativas de su época y hay pocos más versátiles que el del mago, que sin duda nos seguirá dando que hablar en el futuro de la literatura fantástica.

Concepción Perea

Concepción Perea Gómez es licenciada en humanidades y tiene un máster en creación literaria. Es escritora, lleva cinco años impartiendo clases de narrativa y forma parte de la organización del Encuentro de Literatura Fantástica de Dos Hermanas. Es la autora de "La corte de los Espejos" (Fantascy, 2013), "El misterio de la Caja Bethel" (Fantascy 2014) y "La última primavera" (Runas, Alianza Editorial 2017).

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