Publicada en el año 2004 por Michael Crichton, “Estado de miedo” es una novela del género favorito de su autor, el “tecno-thriller”, con un contenido tremendamente actual no solo cuando esta se publica, sino en este momento, tratada de un modo apasionante y con una apabullante cantidad de datos que nos hace dudar de si estamos ante una novela o un estudio ecologista. Pero bueno, vamos a ello y centrémonos para empezar por el principio.
Sinopsis
Morton, un filántropo multimillonario muere de forma extraña en un accidente de tráfico tras visitar unas instalaciones que financia y descubrir que existe un agujero económico muy importante. Su muerte deja en el aire una importante aportación dineraria destinada al NERF, un grupo ecologista muy importante. Peter Evans, un abogado que trabaja para Morton y la ayudante de este empezaran a investigar su repentina muerte hasta verse implicados en una trama terrorista que pretende influenciar las decisiones a tomar en el próximo congreso del NERF donde se pretende recaudar dinero suficiente para llevar adelante una demanda judicial contra la Agencia de Protección Ambiental de los EEUU.
El libro
Me atrevería a decir que Crichton era totalmente consciente de la polémica que originaría la publicación de “Estado de miedo” como así fue. Todas las partes implicadas pusieron el grito en el cielo cuando el tomo llegó a las librerías, muchas, pues se dice que la primera edición fue de un millón y medio de ejemplares. Organizaciones ecologistas y científicos que defendían el calentamiento global criticaron ferozmente tanto al libro como al autor.Y ese es el punto a favor que tiene el manuscrito. La documentación a pie de página con informes reales que avalan la trama, dan un grado de credibilidad exasperante para las partes implicadas y, dicho sea de paso, genera un desasosiego intenso en el lector, algo habitual en todos los libros del autor pero que aquí roza la exageración por su alto contenido de datos facilitados y por la creación de un nuevo término el “eco-terrorismo”, que además reforzó con el discurso final en el epílogo donde critica la politización de la ciencia.Si a todo lo dicho unimos su maestría a la hora de crear acción y tensión en cada de uno de sus capítulos, tenemos todos los ingredientes para ser uno de los libros publicados por Crichton que genera más inquietud, o al menos esa fue la sensación que me dejó tras su lectura.“Estado de miedo” supuso para su autor el tener que expresar cual era su forma de pensar respecto al calentamiento global y razonar el título de su novela para no caer en ese estado debido a todas las teorías catastrofistas que ya se movían en el año de su publicación, al igual que lo hacen en la actualidad. De hecho un sector de la crítica le achacó el estar vendido a las compañías petrolíferas. Él defendió sus tesis intentando hacer ver que no había de tomarse como dogma de fe las ideas que tanto los científicos como los ecologistas airean a su conveniencia, ni la intervención política del cambio climático para usarla en beneficio propio. Crichton intentaba convencer a los lectores para que fueran lo suficientemente independientes en su forma de pensar para una vez vistos los datos, cada uno tomará su decisión sin dejarse influenciar por las partes.
El mayor reto que tiene la humanidad es diferenciar la verdad de la propaganda
A raíz de su publicación Crichton intensificó su asistencia a conferencias sobre cambio climático, haciendo siempre hincapié en diferenciar las noticias reales del amarillismo que existe en relación al asunto. Además terminó radicalizando su discurso contra la manipulación de la verdad en todos los estamentos, influyendo en su última obra publicada en vida dos años después, en 2006, “Next”.Y para mi sorpresa y decepción no puedo despedir este artículo como suelo hacerlo, pues “Estado de miedo” a fecha de hoy no tiene adaptación alguna al cine y a TV.Sed buenos y leed mucho.
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