Es posible que al leer el título de este artículo hayáis pensado “¡Oh, no, más Trump no, por favor!”. Es cierto que, tras las elecciones en Estados Unidos el pasado 8 de noviembre, tanto la prensa, como los medios e internet están dedicando mucho tiempo a cualquier cosa que tenga que ver con el nuevo presidente norteamericano. Pero, hacedme caso, vale la pena repasar los gustos literarios de Donald Trump.El pasado mes de julio, justo antes de su nominación oficial como candidato republicano, The Washington Post publicó un interesante artículo sobre el empresario y showman titulado “Donald Trump doesn’t read much. Being president probably wouldn’t change that” (“Donald Trump no lee demasiado. Ser presidente probablemente no cambiará eso”). Os recomiendo que invirtáis unos minutos en leerlo. El artículo, con cierto tono irónico, hace referencia al montón de recortes de periódicos sobre él mismo que su secretaria le lleva todas las mañanas a su despacho y, sin embargo, no tiene reparos en contestar que en general lee más bien poco, por no decir nada, porque no tiene tiempo: “No leo nunca. Siempre estoy ocupado haciendo muchas cosas. Y ahora estoy más ocupado que nunca, creo”.Es decir, que no está en sus planes próximos leer algo, ni siquiera un informe de sus asesores. No se trata tan sólo de que Trump no lea novelas, biografías sobre presidentes americanos o historia de su país, al parecer ni siquiera le gusta leer lo que sus propios consultores tienen que decirle sobre cualquier asunto político. Trump, según ha confesado en diversas entrevistas, no lee esos informes porque él toma las decisiones correctas “con el poco conocimiento que tengo de las cosas, más las palabras sentido común, porque yo tengo mucho sentido común y una gran habilidad en los negocios”. Trump afirma que es algo escéptico con los expertos porque “no ven el bosque por culpa de los árboles” y cree que siempre toma las mejores decisiones por puro instinto.En general, asegura que leer largos documentos es una pérdida de tiempo, porque él entiende la clave de los problemas rápidamente. “Soy un tipo muy eficiente. No hay necesidad de leer cientos de páginas porque ya sé de qué va el asunto”. Seguramente ese es el motivo de que, en el pasado, el nuevo presidente Trump haya expresado su opinión incluso sobre libros que luego ha reconocido no haber leído nunca.
Best seller
Sin embargo, a pesar de su escaso gusto por la lectura, Donald Trump asegura sin reparos que domina el mundo literario. No en vano ha sido autor de casi una veintena de libros, la mayoría de ellos de tipo autobiográfico o relacionado con el mundo de los negocios, y todos con notable éxito de ventas.Durante la reciente campaña presidencial, Trump declaró “Necesitamos al líder que escribió The Art of the Deal”, libro del que él mismo era el autor. “En mis libros, como en mis discursos, juego con las fantasías de la gente. Se trata de exagerar de manera inocente, pero una forma muy efectiva de promoción. Tan sólo es una estrategia de marketing”. Con esta filosofía, sus libros son siempre su primera recomendación de lectura.Y, como estrategia de marketing, no le ha ido nada mal con las ventas de sus libros. Tal y como se ha publicado en diversos medios, el triunfo de Donald Trump en las elecciones norteamericanas ha contribuido a impulsar dichas ventas. El bestseller de Trump de los años 80 («El arte de la negociación» («The Art of the Deal”), y su texto de campaña «Great Again», se encontraban en la semana posterior al 8 de noviembre en la lista de Amazon «Movers & Shakers» de los libros que más han aumentado de ventas. «The Art of the Deal» pasó de la posición 1.107 a la 24 y «Great Again» de la 5.340 a la 172.Publicado en 1987, en el final de la presidencia de Reagan, en “The Art of the Deal” el magnate desarrolla cómo los negocios son, al fin y al cabo, un arte.
Drogas, drogas, drogas…
En una entrevista informal durante la campaña americana, Trump afirmó entre risas que no leía ni siquiera los prospectos de las “drogas” que tomaba. Se refería, supuestamente, a la medicación que estaba tomando en ese momento para bajar su colesterol. Sin embargo, no es la primera vez que el empresario hace referencia a las drogas por cualquier motivo, siendo este un tema recurrente en sus apariciones públicas, como si de una oscura obsesión se tratase.Desde su conocida insinuación acerca de las drogas que tomaba su rival en la carrera presidencial, Hillary Clinton, hasta la turbia relación que podría haber estado manteniendo en los últimos años con un traficante y los rumores sobre su propio consumo de cocaína, pasando por su extraña propuesta de establecer un control antidrogas antes de los debates políticos televisados. En diversas ocasiones, Trump ha tratado de aclarar su estrecha relación con el traficante de drogas, varias veces condenado a prisión, Joseph Weichselbaum.
Recomendaciones de lectura made in Trump
Si la sincera opinión de Trump sobre la utilidad de la lectura aún no ha acabado con tus ganas de abrir un solo libro más en tu vida, quizá tengas curiosidad por saber, según él, qué es lo siguiente que deberías leer. En su ensayo “Trump 101: The way to success”, Trump recomienda, además de su autobiografía, el célebre “El poder del pensamiento positivo”, de Norman Vincent Peale, así como el clásico “El Arte de la Guerra”, del general Sun Tzu. Otros libros que están en el Top 10 del presidente norteamericano son “El Príncipe”, de Maquiavelo, “Ideas y opiniones”, de Albert Einstein y varios estudios sobre China, su historia y economía.Estas son, por orden, sus principales recomendaciones de lectura:
- “El Arte de la Guerra”, de Sun Tzu
- “El poder del pensamiento positivo”, de Norman Vincent Peale
- “Ensayos y lecturas”, de Ralph Waldo Emerson
- “El Príncipe“, de Nicolás Maquiavelo
- “Ideas y opiniones”, de Albert Einstein
- “El Partido: el mundo secreto de los líderes comunistas chinos”, de Richard McGregor
- “China”, de Henry Kissinger
- “Mao: la historia desconocida“, de Jung Chang
- “Tide players”, de Jianying Zha
- “Mil millones de clientes”, de James McGregor
Sinceramente, desconozco si Trump los ha leído alguna vez o su lista tiene que ver más bien con su estrategia de marketing personal. Tampoco sé cómo afectarán sus políticas sobre comercio exterior a las ventas de sus propios libros o a sus negocios en general, aunque tengo mis sospechas. Mientras lo averiguo, buscaré algún libro sobre China. Quizá lo lea. Y quizá encuentre entre sus páginas el origen de este mito y la verdad sobre la extraña relación entre los libros, las drogas y Donald Trump.
0 comentarios