La nueva fantasía épica
En 2016 abrimos el Biblioforum con una invitada de excepción: Aranzazu Serrano, autora de Neimhaim “Hijos de la nieve y la tormenta”; el libro de fantasía épica que más ha vendido en el 2015.
Hace tres años, Emi Lope (entonces editora de Fantascy) me envió el manuscrito de Neimhaim para pedirme un informe de lectura. Eran más de ochocientas páginas. Hay libros de solo trescientas que se convierten en una tortura. Pero este no fue el caso; no podía parar de leer y aún recuerdo que, antes de escribir el informe, llamé a Emi para hablarle de lo que había leído, totalmente entusiasmada. No es habitual en mí: tantos años de leer mala fantasía para diversas editoriales me ha desgastado mucho, pero cuando escribí mi opinión sobre Neimhaim os puedo asegurar que los dedos se me iban solos recomendado que la publicasen.
Aranzazu llevaba años con la historia en su cabeza; una historia de aventuras y contrastes envuelta de heroicidad y mitos nórdicos. Tenía todos los ingredientes de la épica clásica: dos clanes; los guerreros Kranyal y los hechiceros Djendel, el escenario mítico de la Península Prohibida y dos protagonistas, la impulsiva guerrera Ailsa Bäradlig y el pacífico sanador Saghan, destinados a reinar juntos siguiendo los designios de una antigua profecía. Incluso tiene un dios enloquecido y vengativo. Pura épica.
Es inevitable tratar de relacionar sagas como Neimhaim con Juego de Tronos, o Crónica del Asesino de Reyes, aunque quizás sea solo porque tendemos a englobar toda la fantasía épica como si fuese exactamente lo mismo, una idea bastante equivocada pero muy común incluso entre lectores experimentados; aunque Aranzazu ha indicado en varias entrevistas que se siente más influenciada por Frank Herbert y su obra Dune, o por Darkover, de Marion Zimmer Bradley, obras a las que si quitamos el fuerte componente tecnólogico (o lo sustituimos por magia) encajarían a la perfección dentro de la fantasía épica. Lo que nos lleva a la gran pregunta:
¿Qué es fantasía épica?
La fantasía heroica o fantasía épica es un subgénero del género fantástico caracterizado por la presencia de seres mitológicos, una ambientación ficticia de carácter pseudo medieval, o, en cualquier caso, sobre la base de sociedades tecnológicamente atrasadas, y un fuerte componente mágico y épico. Se diferencia del relato fantástico en que los elementos son claramente ficticios y los posibles o reales armonizan entre sí siendo unos continuaciones coherentes de los otros. El género está asociado a la ciencia ficción, ya que posee rasgos muy distintos, debido a la denominación inicial de science fantasy, pronto sustituida por fantasía heroica, intercambiable en la mayoría de los casos por el de espada y brujeria, que acuñó Fritz Leiber en 1966.
Con esta definición nos vienen a la mente obras como El Señor de los Anillos y El hobbit, de J. R.R Tolkien, La historia Interminable, de Michael Ende, Añoranzas y pesares, de Tad Williams, Elric de Melnoboné, de Michael Moorcock, Conan, de Robert Howard, Las Crónicas de Terramar, de Úrsala K Le Guin y, por supuesto, sagas inmensas como Dragonlance, escritas principalmente por Margaret Weis y Tracy Hickman o La Rueda del Tiempo, que inició Robert Jorden y terminó Brandon Sanderson.
Sus características comunes son: beber de mitologías antiguas, usualmente la nórdica o la celta, estar protagonizada en escenarios salvajes y ciudades legendarias y estar protagonizados por personajes que están forjando o han forjado una leyenda en torno a su nombre. La magia y los dioses suele estar presente, pero no es algo estrictamente necesario
La nueva épica
Dentro de este marco clásico ha empezado a surgir una nueva fantasía que, aunque suele cumplir casi todas las reglas del canon más o menos fielmente, también ha empezado a adaptarse a los nuevos lectores. Buenos ejemplos de estos cambios son autores ya citados como R.R Martin, Sanderson o Abercrombie, que parecen haberse convertido en la trilogía de por excelencia de autores de épica (algunos dirán que me salto al bueno de Rothfuss, pero ya explicaré el motivo en otro artículo)
Los cambios que tienen estas novelas son un contenido más crudo y adulto; no nos referimos solo al papel de la violencia y la muerte en sus páginas, también al uso de la política, el sexo y que la diferencia entre “buenos” y “malos” se ha vuelto mucho más difusa. También sus personajes han cambiado: los héroes tienen personalidades más complejas y cercanas al lector y el papel de los personajes femeninos va cambiado desde el rol de doncella, madre, maga sanadora (o malvada bruja) para ser ellas mismas heroínas incluso sin empuñar arma alguna.
Aunque quizás el cambio más notable es el alejamiento de la tramas del archirecorrido “camino del héroe” descrito por Joseph Campbell y que es el canón de la fantasía épica.
Este es el punto fuerte de Neimhaim y de la nueva épica. Y de ello estaremos hablando con Aranzazu en el Bibliofórum del viernes. ¡Espero veros allí!
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