Alejandro Marín

Planting y Pay off en la saga de Malaz

Disección Literaria

Hoy, en un nuevo episodio de Malazmanía vamos a hablar de jardinería y Malaz. Sí, amigos, poneos el mono azul porque vamos a hablar de siembra y cosecha o, si esto se te ha quedado más rupestre que una mula comiendo alcaparras, planting y pay off en la saga de Malaz. Qué, a que ahora queda mejor.

PlantinG y pay off en la saga de Malaz: recursos del buen jardinero escritor

El mes pasado, haciendo gala de mis más sutiles y arteros ardides dejé plantada una semillita (no, Concha, de patata no, ya he aprendido la lección) que en este tiempo ha germinado y ha crecido hasta convertirse en…

Venga, ya vale de cursiladas. Hace unos treinta días terrestres (aproximadamente 0.12 días si vives en Venus) os hice un poco de planting para explicaros qué es el planting, así que, si ya has cogido el azadón y el cortasetos vamos a la clase de jardinería.

Como sabéis, estamos aprovechando que el Valladolid pasa por Pisuerga para hablar de un recurso que en El Libro de los Caídos está usado (y, todo hay que decirlo, bastante bien empleado) con profusión: el planting y pay off.

¿Qué es eso? Resumiendo un poco, es una técnica que consiste en sembrar información delante de las narices del lector haciéndolo pasar por algo apenas relevante para que, más adelante, esté preparado para recogerla. En esencia, es un arma para evitar caer en los tan temidos deus ex machina. Como ya te estarás imaginando, no es fácil utilizar bien esta técnica. Esa recogida del fruto (la información) tiene que ser en el momento preciso, y la siembra tiene que estar lo suficientemente a la vista para que el lector la recuerde, pero también ha de ser sutil para que no la sepa interpretar desde el principio. Si se desvela demasiado pronto, pierde el efecto, si se desvela demasiado tarde, la sensación que recibirá el lector es de deus ex machina. Y ya hemos dejado claro que eso es lo que queremos evitar.

Planting y pay off en la saga de Malaz… No, no, time to ejemplos!

No vamos a poner ejemplos concretos dentro de Malaz, que lo último que quiero es hacer spoiler, pero baste decir que en El Libro de los Caídos hay semillitas que se plantan en los libros 1 o 2 y que germinan en el 8 y 9, respectivamente. Por decir algo, vaya, pero en todos los libros nos encontramos con esta técnica tanto dentro del propio tomo como cosechando en volúmenes posteriores (o, incluso en la saga Imperio).

Vamos a poner un par de ejemplos de fuera del universo de Malaz que, aunque no están confirmados en los libros, tienen toda la pinta de que serán así. ATENCIÓN, SPOILER ALERT. Si no has visto la temporada 7 de Juego de tronos, pasa al siguiente subapartado. O pasa por el spoil, vaya. Es tu decisión.

En la temporada 7 se descubre que Jon Nieve no es hijo de quien creíamos sino de la hermana de ese señor. Tatatachán! Esto pudo pillar por sorpresa a muchos telespectadores, pero no a algunos de los lectores de los libros. ¿Por qué? Porque en determinados diálogos entre Ned y Robert en el primer libro ya se intuyen cosas. Es una semillita muy bien plantada, porque en realidad la mayoría de la gente pasó por alto. Pero estaba ahí. ¿Significa esto que es un recurso mal empleado? No, si alguien lo descubre no está mal. De hecho, demuestra que todo es coherente desde un principio. El problema sería que no lo descubriera nadie. O que lo descubriera todo el mundo.

La otra semillita de la que quiero hablar también es de Juego de tronos. Y es mucho más autoexplicativa. Hodor. Hemos estado cinco libros leyéndolo decir tan solo “Hodor”. En la temporada 5 se explica por qué. Es sencillamente brillante.

¿Planting + pay off = planificación?

Como todo en la vida, nada o casi nada se puede reducir a una sola sentencia (salvo que Kvothe es menos majo de lo que él y Rothfuss creen). En Malaz: El Libro de los Caídos esta técnica se ha usado mucho, pero ¿eso es suficiente para decir que la obra está perfectamente bien planificada?

Pues no, evidentemente no.

¿Sirve como indicación de que han planificado mucho?

Pues sí, evidentemente sí.

¿Eso hace que la Cruzcampo se convierta en una buena cerveza?

Definitivamente, no.

Sin embargo, pensemos en un asunto importante. Si has dejado plantada una semilla, debes darle una continuación. Es decir, desde el momento en el que dejas hecho el planting, todo lo que va detrás tiene que estar ya pensado y definido (es decir, planificado), porque sino, en lo que incurres es en unas cagadas e incoherencias Potterianas.

Llegados a este punto supongo que estarás pensando “entonces, ¿cómo se usa este recurso?”. Pues lamento decirte que no hay una única manera. Solo la práctica. Probar y probar. Cada historia es diferente, por lo que requiere de un uso diferente de la siembra y la cosecha, igual que las acelgas y los tomates no se siembran en la misma época del año. Eso sí, como consejos básicos, podemos dar los siguientes:

  1. Que sea discreto.

  2. Que esté incluido en una escena o diálogo útil.

  3. Siempre, siempre, SIEMPRE tiene que haber un pay off. O, como se suele decir también: pa’ qué plantah nah, si no lo piensah recogeh.

Planting y pay off en la saga de Malaz: ¿alguna otra lección más?

Como me dijo Concha, “cómo se nota que no has pisado un campo en tu vida, hijo”. La clase de jardinería y Malaz se queda aquí, pero no el artículo. Vamos a seguir molestando un poco.

¿Te suena esa idea de escritores de mapa o de brújula? Bueno, pues George RR Martin los define como arquitectos y jardineros. ¿Todavía llevas puesto el mono azul y el azadón? Pues suéltalo, que en esta parte del artículo ya no nos interesa jugar a jardineros.

Un escritor arquitecto tiene todo planificado de antemano, como el de mapa. El jardinero es el que siembra cuatro semillas por ahí y como al final, lo que salga va a depender muy mucho de si llueve mucho o poco o de si la abuela fuma, pues no sabe bien lo que le va a salir.

Seguro que ya sabes de cuál hay que huir como de la peste.

Como todo en la vida, hay puntos intermedios. En este caso se pueden llamar paisajistas o de otras muchas formas en función de lo intensito que te quieras poner. Hay muchos escritores (Erikson entre ellos) que se sienten muy cómodos en esa tierra de nadie. Planifican lo más importante, saben lo que tiene que pasar, pero oye, un desvío a echarse una cerveza o un vinito no le hace daño a nadie, ¿no? Es la manera de divertirse mientras escriben, de no sentir que sus ideas y su proceso creativo están atados antes de empezar.

Esto se acaba. El barco de guerra malazano pone rumbo norte, a la isla de Otataral, a donde tiene que llevar a un puñadico de magos que se han pasado de la raya.

Próxima parada: Como epílogo a todo esto de la planificación tomando Malaz como punto de partida, hablaremos de lo chachipiruli que tiene que ser organizar a cuatro manos un universo como Malaz.

Nos vemos por allí.

¡No te olvides de traer cerveza!

Alejandro Marín

0 comentarios

QUIZÁS TE PUEDE INTERESAR

Logotipo Escuela Caja de Letras

Colaboramos con:

Colaboramos con Cursiva
Colaboramos con Cursiva

Suscríbete a nuestra Newsletter!

¡Puedes recibir información sobre nuestras actividades y cursos!

    Logotipo Escuela Caja de Letras

    Col·laborem amb:

    Colaboramos con Cursiva
    Colaboramos con Cursiva

    Subscriu-te a la nostra Newsletter!

    Pots rebre informació sobre les nostres activitats i cursos!

      Posa't en contacte amb nosaltres!

      C/San Florencio, nº 6, 1ºA, 41018, Sevilla
      info@cajadeletras.es

      Informació:

      © 2023 Caja de Letras

      Ir al contenido