No, sentimos decírtelo, pero nuestro curso de corrección editorial no te convertirá en corrector. No porque no vayas a aprender, sino porque, si piensas dedicarte a la corrección de textos, nunca deberías conformarte.
No debes conformarte con lo ya aprendido sobre ortografía, porque siguen adaptándose gráficamente voces desde otras lenguas. Tampoco puedes sentir satisfacción si dominas los verbos y sus usos transitivos e intransitivos; en cualquier momento puede llegar un tratadista o la misma Academia para señalar nuevos usos que empiezan a extenderse —y se acabará aceptando—. Ni siquiera puedes fiarte de algo tan resistente al cambio como los tiempos verbales, por ejemplo: nuestro condicional se está apropiando del significado subjuntivo, de manera que las nuevas generaciones dicen cada vez más «puede que jugaría» en lugar de «puede que juegue». Y esto está desencadenando un efecto dominó en nuestras conjugaciones y sus significados.
Como en tantas y tantas otras profesiones, las personas que se dedican a la corrección editorial necesitan reciclarse de forma regular. Eso significa que no, no puedes dar por concluida tu formación solo con un curso. Por eso, además de formarte, en nuestro curso te daremos las herramientas necesarias —bibliografía y corpus lingüísticos— para que puedas continuar tu formación por la vía autodidacta. Y que algún día, esta vez sí, puedas decir que eres corrector porque siempre estás dispuesto a seguir aprendiendo. Algo que también agradecerá tu bolsillo, pues tendrás a tu disposición una extensa lista de títulos y referencias para que no necesites volver a apuntarte a un curso de corrección editorial como el nuestro.
¿Qué aprenderás en nuestro curso de corrección editorial?
Un buen corrector tampoco puede conformarse con ser un mero aplicador de normas. Porque eso lo hace aspirar a ser solo un auxiliar de la lengua y no un conocedor de esta. Por eso, además de ver multitud de casos donde el uso del español es dudoso o cuestionable, aprenderemos a argumentar lingüísticamente las decisiones que tomemos sobre un texto. Y para ello, necesitas diversos aliados: diccionarios, manuales de estilo y corpus lingüísticos.
Familiarizarte con estos tres elementos de tu profesión es indispensable. Ya no solo para resolver los casos que veremos durante el curso de corrección editorial, sino también para que puedas resolver dudas que puedan surgirte una vez acabe el curso y no tengas profesor al que recurrir. Por eso, en nuestro de corrección editorial te entrenaremos con un objetivo en mente: que no vuelvas a necesitar un curso de este tipo nunca más. Y para eso, además de resolver casos, acudiremos a las fuentes lingüísticas de referencia para que aprendas a hacerlo.
En ese sentido, en este curso de corrección editorial, además de aprender cómo funciona la ortografía, la gramática, el léxico, la tipografía, etc., irás construyendo tu propia hoja de ruta lingüística. ¿A qué nos referimos con la hoja de ruta lingüística? Concluirá el curso y habrás aprendido a defenderte de muchos problemas que se dan en el uso del español. Sin embargo, las lenguas son infinitas. Y aparecerán nuevas dudas. Por eso, un buen corrector no destacará nunca por saber mucho sobre la lengua. Su verdadero valor está en saber dónde consultar cada duda que encuentre en el texto que está corrigiendo. Y nos preocuparemos durante todo el curso por que sepas cómo hacerlo.
¿Por qué nuestro curso no te convertirá en corrector?
Nuestro curso de corrección editorial no te convertirá en corrector porque, aunque resolveremos tus dudas, meteremos en tu mochila otras tantas, incluso después de habernos despedido. Por suerte, para entonces, ya manejarás con soltura todas las referencias lingüísticas que hemos usado durante el curso. Y no necesitarás ningún profesor ni guía para solucionar los problemas de un texto, seas tú el autor o no.
Creemos que para que seas un buen corrector debes salir del curso con el absoluto convencimiento de que no lo eres. Debes terminar el temario con más preguntas de las que traías, aunque estas segundas hayan quedado resueltas. Y, sobre todo, debes entender que muchas cuestiones tendrás que resolverlas con sentido común, pues no todo se ha normativizado. Si tienes todo esto presente en el angosto camino que es la corrección de textos, acabarás siendo un gran profesional. Nosotros, desde luego, no lo somos. Y por eso, cada año, actualizamos y reformulamos nuestros temarios con esmero y humildad: porque siempre hay algo esperando a ser descubierto, a ser aprendido.
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