La Naturaleza de la Poesía
En esta época en que muere el rojo intenso del otoño y renace de la luz de la luna, la poesía adquiere un tono azul y melancólico. Es una época que recuerda a un Wordsworth que clamaba por la naturaleza, a un José Asunción Silva que ama entre líneas y a un Keats que aspira y suspira con la terminación de cada verso.La poesía es la emoción a borbotones, es la intuición hecha eternidad. La poesía es quien aplaca tormentas, redime almas perdidas y vence la soledad. La poesía es transgresión y mística. Cómo no amarla, cuando es ella quien nos quita el aire y nos lo otorga de nuevo, quien nos devela secretos ajenos y nos guarda los propios.En esta época amores caídos y hielo silente, la melancolía también vuelve a nacer para recordarnos que nacimos para ser poetas. Por tanto, he aquí un poema para alimentar aquella magia que solo es posible tras la mirada de una musa.
Canto al Amor que no Muere
Mientras que piensa tu tristeza
en el hogar distante y tu pasado bajo la roca
Al mirarte ahora, perdido en el eterno fluir de un río
No deseas más que rendirte a lo desconocido.
Y yo aquí
con esta moneda de oro que es tu amor
Y yo aquí
recorriendo los fantasmas de tu roce
Regrésame esa felicidad color armiño
pues mi alma ya el vuelo emprende
Aun si solo eres una quimera
mitad suerte, mitad sueño
Aun si solo eres una espada
que flamea y se extingue
No cierres las puertas, no a mí
Si me dejarás con este único brillo vacuo
Por última vez
protégeme bajo tu abrazo
guárdame bajo tu sombra
Y ama, renace, despierta
Que el viento estival te acaricie
Que el amanecer te atisbe
Que la Luna se rebele y te irradie
Que camines sobre las hojas caídas
de un rojo atardecer
Yo me quedaré con tu oro que aflauta
y el sueño que fuiste
Yo me quedaré con esta falsa primavera
Y el recuerdo de un amor que aún es
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