Hoy inauguro nueva sección donde dejamos de lado el mundo administrativo de la literatura para hablar de algo más interesante: La literatura desde Latinoamérica.El mundo literario latinoamericano nos ha traído grandes escritores capaces de hablar de manera sobresaliente sobre la cultura propia de nuestra tierra, la cual suele ser muy peculiar para el resto del mundo, pues sus sabores, colores, ritmos, ritos y personas son muy distintivos y llamativos. Estas expresiones se plasman en todo lo que hacemos, incluyendo la literatura misma, lo que la hace enriquecedora, pues la dota de esa “magia” inherente de nuestros pueblos. Así que me presto a ofrecérsela con orgullo, con respeto, con admiración y, sobre todo, con entusiasmo, pues creo que podremos, entre todos, ir descubriendo o redescubriendo la riqueza que puede llegar a ofrecer.Como primer acercamiento quiero presentarles a alguien que en realidad no necesita presentación (como se dice comúnmente), pues fue para mí el primer enamoramiento literario. Es un autor que, con solo un libro de cuentos y dos novelas, logró colarse entre los más grandes escritores mexicanos. Y no está por demás ese lugar privilegiado, pues cada palabra escrita lo hace grande. No pretendo hacer una reseña ni una crítica de su obra, solo quiero plasmarles ese encuentro que tuve con sus letras, con la fascinación que me causó y el impacto que tuve con ellas.
Juan Rulfo
El autor del que hablo nació en Jalisco, y se llamó Juan Nepomuceno Carlos Pérez Rulfo Vizcaíno pero que fue mejor conocido como Juan Rulfo. Escritor Mexicano que proliferó en los años cincuenta poniéndolo entre los más grandes escritores de México. Su obra principal, Pedro Paramo, fue elogiada y por ello se hizo merecedor de algunos premios. Es un escritor sobresaliente que algunos admiran (incluyéndome), y que otros tantos tienen como modelo a seguir (de nuevo me incluyo).Mi primer encuentro con él fue hace algunos años, cuando era yo un adolescente. Lo primero que leí de su trabajo fueron algunos cuentos incluidos en su libro recopilatorio “El llano en llamas”. De los cuentos puedo resaltar: “Macario”, “Nos han dado la tierra”, “Diles que no me maten”, “Luvina”, entre otros. En aquél entonces mi entusiasmo por la lectura apenas empezaba, y los cuentos de Rulfo fueron detonantes para que yo me acercara a este mundo de las letras. Antes de él había leído poco, pero su impacto fue tal que no hice otra cosa mas que leer una y otra vez ese libro que tenía entre mis manos. El hecho que haya leído primero los cuentos fue estupendo para mí, pues al ser poco mi bagaje lector, leerlos, se me hizo bastante ligero, además que la facilidad que te da Rulfo para leerlo es de destacar.Toda su obra se centra en presentar a un México rural, con sus propias características: sus lugares, nombres, expresiones, problemas y su muy peculiar forma de hablar. La temática representa ese México campesino con todo su lenguaje propio, y son ellos mismos, los campesinos, los narradores de sus historias. Es por eso que el uso de su lenguaje sobresale de forma especial.Para mí las palabras que utilizaba se me hacían sencillas pero poderosas. Desde adolescente era leer las frases y deleitarme con ellas. Tal vez suene exagerado, pero puedo ponerles un ejemplo. Del cuento “Nos han dado la tierra” puedo destacar el siguiente texto:« Hemos venido caminando desde el amanecer. Ahorita son algo así como las cuatro de la tarde. Alguien se asoma al cielo, estira los ojos hacia donde está colgado el sol y dice:-Son como las cuatro de la tarde.Ese alguien es Melitón. Junto con él, vamos Faustino, Esteban y yo. Somos cuatro. Yo los cuento: dos adelante, otros dos atrás. Miro más atrás y no veo a nadie. Entonces me digo: “Somos cuatro”. Hace rato, como a eso de las once, éramos veintitantos, pero puñito a puñito se han ido desperdigando hasta quedar nada más que este nudo que somos nosotros. »Este texto me parece genial, ¿por qué? La verdad es que no tengo idea, solo me deleito leyéndolo. Me parecen tan sencillo pero tan bien utilizadas las palabras que es un regocijo repasarlas una y otra vez. Puedo poner párrafo por párrafo y, para mí, su uso, me parece brillante. Creo que es pretencioso de una forma distinta: No quiere usar palabras rimbombantes, sino expresar ideas destacadas con palabras sencillas. Eso para mí es muy difícil de hacer. Por supuesto que las historias, personajes y los ambientes son interesantes, pero lo que es destacable del resto es este uso más que adecuado de las palabras que descubrí cuando leí los cuentos.Meses después pude al fin tener su novela Pedro Paramo. Al leerla no hizo más que reafirmar lo que ya venía pensando. Me tomó mucho tiempo terminarla, pero no porque se me hiciera difícil, aunque pudo serlo por sus saltos de tiempo y el uso de diversos narradores, sino porque quería ir leyendo despacito cada palabra. Era como ir probando cada bocado de todo un banquete completo. Pero mi fascinación no terminó ahí sino que se extendió al descubrir con cada palabra esa historia tan interesante que es Pedro Paramo; una novela de misterio e intriga que hace de Pedro Paramo un personaje sobresaliente.Los invito a que si no han tenido oportunidad de leerlo, lo hagan ahora, porque, quizás, puedan tener ese enamoramiento que aún sigo teniendo con Rulfo.Cierro este artículo con una frase que saqué de una de sus cartas a su amor Clarita Aparicio, y con la que me gusta despedirme a veces: “De verdad, cuídate mucho, come y duerme bien y sueña con los angelitos y no con esta cosa maligna que soy yo.”
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