He alargado la publicación de este artículo para alargar mi vida también puesto que no sé cuántos fans de «Ghost in the Shell» querrán matarme después de dar mi opinión sobre la película.Bromas aparte, poco habrá sobre opinión personal ya que prefiero informar un poco y poner en antecedentes a aquellos lectores que no conocían la obra de Masamune Shirow de antemano.
El Ghost in the shell original
Y sí, tenemos que «Ghost in the Shell», en principio es un manga del autor que escribe y dibuja bajo el seudónimo de Masamune Shirow. En realidad, la transcripción correcta sería Masamune Shirō pero, no sé por qué, a alguien le dio la gana (apostaría por un personaje anglosajón) transcribir su nombre así. Su verdadero nombre es Masanori Ota y tiene 55 años. La verdad es que mola mucho más tener nombre de espada famosa que llamarse Masanori…Nació en Hyogo (prefectura de Kobe) y estudió Arte en Osaka y después de graduarse, básicamente se dedicó a la enseñanza. Se especula que el hecho de dedicarse a la docencia le llevó a usar un seudónimo para publicar pero resulta que inició su carrera como mangaka cuando era estudiante en el campo de los fanzines… vamos, como cualquier autor que se precie.Desde 1985 fue todo en cascada para este autor: «Black Magic», «Aplessed»… Así hasta la década de los 90 donde en 1991 nos topamos con el manga del que hablamos: «Ghost in the Shell».También deciros que en realidad el manga no se llama así pero su título original es un poco impronunciable todo seguido… Respirad: «Kōkaku Kidōtai». En España se editó como «Ghost in the Shell: Patrulla Especial Ghost» y lo editó Planeta en su día en dos volúmenes. Ahora hay un volumen 1.5, por cierto.Quizá lo que más echan de menos los verdaderos fans del manga de «Ghost in the Shell» es el humor y la personalidad más distendida de los personajes que no aparece ni en la versión animada de 1995 ni en la actual, a pesar de que los fans de siempre acogieron mucho mejor la versión animada dirigida por Mamoru Oshii. Shirow siempre tuvo ese toque humorístico en todas sus obras que aunque complejas, eran mucho más llevaderas a mi modo de ver por este motivo. La verdad es que Shirow tiene la virtud de hacer ameno un revoltijo mental que con otros autores podría convertirse en un tostonazo impresionante.
La adaptación de Mamoru Oshii
En cuanto a la versión animada de Mamoru Oshii, qué decir que a muchos nos parece una obra maestra (sí, aquí está mi propia opinión). Desde esa introducción donde música y animación se unen para ponerte los pelos de punta nada más empezar la película, hasta los picados, contrapicados… la composición perfecta y el equilibrio en escenas bien construidas. La música a cargo de Kenji Kawai es algo que si no habéis escuchado todavía, deberíais darle ese gusto a vuestros oídos.Lo normal es que con un precedente que deja el listón tan alto, la versión que nos presenta este año el director Rupert Sanders como «Ghost in the Shell: El Alma de la Máquina» pueda decepcionar.
La adaptación de Rupert Sanders
Sinceramente, creo que hay críticas que no tienen mucha base como lo de que el personaje de Motoko, tenía que ser oriental. La verdad, y que nadie me mate, creo que eso es bastante irrelevante porque creo que hay cosas un poco más criticables.También otra de las críticas que más he escuchado es que la actriz, Scarlett Johansson no se parece en nada a Motoko. A parte de parecerme otra crítica irrelevante, (¿en serio?) Bueno, no voy a discutir mucho sobre lo que se habrá discutido ya incluso antes del estreno de la película en repetidas ocasiones pero, en serio, algunos tenían que hacerse mirar su inquina personal por la Johansson y ser un poco más objetivos.Lo que a mí me parece más criticable de la película es que de adaptación en adaptación ha perdido un poco la esencia de lo que es la obra original, el manga del que salió. La película parece un refrito impresionante de las diferentes series de animación que se han hecho hasta el momento como «Stand Alone Complex » 1 y 2 y la última que lleva la coletilla de «Arise». Luego, además de la primera película,hay tres más y tengo la sensación de haber visto cosas mezcladas y no soy la única que salió del cine con esa sensación.Otra cosa que no me gustó demasiado es que me pareció simplista en comparación a sus predecesoras. Es decir, después de leer o ver Ghost in the Shell te quedabas pensando o reflexionando pero después de ver esta película te quedas como si hubieras visto una película más de acción. Parece como si hubieran querido hacer algo en la línea de Blade Runner pero con Ghost in the Shell y les ha salido un potaje algo raro con unos cambios rarísimos para explicar cosas que en el manga o en la animación pasan por alto… ¿de verdad hacía falta dar tanta explicación?.Y de verdad, a mi me gusta alguna canción de Steve Aoki, pero no, no, no, no… NO. ¿Qué necesidad había de hacerle eso a una obra maestra? Mira, no te perdonaré jamás, Steve, jamás…Para romper una lanza a su favor, decir que sí tengo constancia de que han contado con la colaboración y el asesoramiento de Mamoru Oshii.No voy a comentar nada sobre el argumento porque odio los spoilers y, en todo caso, quien la haya visto ya, sabe de lo que hablo. Si no habéis visto nada de «Ghost in the Shell», y os gustan los argumentos sobre futuros apocalípticos, deberíais verla, es más, yo os recomendaría leer la obra de Shirow, no solo quedarse con el anime de «Ghost in the Shell». Cuando empezaba a leer manga, recuerdo que empezó a publicarse en España «Dominion Tank Police» y fue lo primero que leí de Shirow. Quizá no es su obra más seria ni más trabajada, pero desde luego es la más divertida y si no estáis para pensar y reflexionar demasiado o leer muchos pies de página, recomendaría empezar por este manga en concreto. Luego ya si eso, podéis ir en escalada leyendo «Apleseed» y algunos de los que he mencionado más arriba.Y esto es todo por este mes.Agarraos porque el mes que viene tenemos entrevista con un autor español que saca novela este mes. David B. Gil con su obra «El Guerrero a la Sombra del Cerezo», nos trasladará al Japón de la era «Edo», un largo periodo de paz donde la capital se traslada a Edo, la actual Tokio… Promete ¿verdad? Pues no os lo perdáis.
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