Concepción Perea

Cinco consejos sobre narrativa que no hay que tomarse al pie de la letra

Recursos Narrativos

Muchas veces los talleres de narrativa, en especial los que creamos contenido para redes sociales, pecamos al utilizar frases lapidarias como consejos sobre narrativa. Son perfectas para infografías y tips, pero no siempre deben interpretarse literalmente. Escribir es un proceso delicado y complejo que no obedece a leyes absolutas. Por eso queremos desmontar cinco consejos sobre narrativa, cinco mandamientos que se repiten hasta la saciedad pero que ocultan realidades mucho más complejas.

Consejos sobre narrativa: Show, don’t tell

Probablemente este es uno de los consejos sobre narrativa que más se repite en los últimos tiempos. Muy literalmente viene a primar el uso de la escena narrativa, la que “muestra” a los personajes haciendo determinadas cosas o actuando de un modo en especial que revela al lector información determinante para comprender la trama. Usar la acción para mantener el ritmo narrativo y dejar en segundo plano la descripción o las escenas introspectivas.

En realidad cualquier narración, incluso los thrillers más trepidantes, van a necesitar de ciertos momentos en los que el uso de la descripción, la retrospectiva o cierto uso de la reflexión será imprescindible. El uso de las descripciones y las escenas introspectivas es, sobre todo, una cuestión de gustos. ¿Son tan malas las escenas en las que los personajes piensan, recuerdan o reflexionan? ¿Detienen siempre la acción? ¿Son indeseables las descripciones cuando superan una cierta extensión? Pues la respuesta es que siempre depende mucho del estilo y la habilidad del autor. El ritmo y la voz que usamos en la narración son siempre una elección personal. Novelas como “las uvas de la ira” no tienen un ritmo trepidante y buena parte del peso de la historia depende de la información que nos da el narrador. Aun así el estilo de Steinbeck y su capacidad para dotar de gravitas a los personajes es lo que hace que no dejemos de leer el libro. Lo leemos porque cada página nos enamora, incluso si no están ocurriendo cosas “emocionantes” en cada escena. En Anna Karennina las reflexiones que los distintos personajes hacen sus vidas son tan valiosas a nivel de historia como la propia acción de la trama.

Así que tendrás que pensar qué estilo y qué ritmo le convienen a tu historia para adaptar la premisa del “show, don’t tell” con éxito. Siempre será una cuestión de gustos (los tuyos y los del lector)

Elimina todo lo prescindible: La famosa Pistola de Chejov

Ya hemos hablado de ella en otros artículos. Normalmente este consejo sobre narrativa está guiada a evitar los excesos de información intrascendente, los diálogos vacíos, las descripciones fuera de lugar o las tramas que en realidad no tienen importancia para la historia central. Esto no quiere decir que no podamos añadir pequeños datos o alguna escena que, sin ser imprescindible para la trama sí que añada otros valores a la historia. Contar que a un personaje le alegran los amaneceres y que suele madrugar para subir a ver salir el sol desde su azotea puede no servir para la trama, puede no ser especialmente relevante para el personaje pero transmite una emoción que ayudará al lector a conectar con la historia. La cuestión es que todo lo que ponemos en una historia debería tener su función, pero esa función no debe ser obligatoriamente trascendental para hacer avanzar la trama en el modo convencional. Pueden aportar valor de otras muchas maneras.

Crear frases poderosas para empezar tu novela

No hay ninguna necesidad de empezar una novela con una frase inolvidable. El valor de una buena frase es algo innegable, no seremos nosotros los que digamos lo contrario, pero hay muchas excelente novelas que no empiezan con frases memorables y eso no hace que sean de peor calidad o que debamos ignorarlas. A veces este intento por encontrar “la frase para el recuerdo” nos lleva a crear verdaderos esperpentos o principios forzados. Un buen principio es aquel que hace que el lector quiera entrar en la historia, independientemente de si la primera frase se le queda grabada en la memoria o no.

Subvertir las expectativas

Esta frase era el lema de los showrunners de “Juego de Tronos” y ya sabemos cómo acabó eso. Quizás sea uno de los consejos sobre narrativa más actuales, pero no todo el mundo entiende en qué consiste. Cuando se habla de subvertir las expectativas nos referimos a dar giros inesperados a nuestras tramas que sorprendan al lector. Es cierto, la intriga por saber qué ocurrirá a continuación en una historia es un poderoso motor que anima a seguir leyendo. Igualmente cierto es que más que un giro sorprendente o una escena inesperada, lo que hace buena una historia es que la trama esté bien resuelta. Que no se salte la lógica interna del relato, que mantenga una coherencia y que tenga una razón de ser mas allá de sorprender al lector. Un lector también puede sorprenderse (negativamente) por la mala resolución de una historia. Si un autor se obsesiona con la sorpresa o lo inesperado de sus giros de guion es muy fácil que caiga en el absurdo.

El lector tiene que identificarse con los personajes

Espero que ninguno de vosotros se sienta identificado con los gustos culinarios de Anibal Lecter. No. El lector no tiene que identificarse con el personaje. Muy pocas personas reconocerán sentirse identificados con alguien como Ignatius J. Reilly de “La conjura de los necios” o con Jean-Baptiste Grenouille de “El Perfume”. Un lector debe poder comprender las acciones y las motivaciones de un personaje. Los personajes deben reflejar distintos aspectos de la naturaleza humana, aunque no nos gusten. El lector no tiene por qué encontrar un personaje que sea como él, o como el que le gustaría ser. De hecho, un personaje amoral puede ser fascinante. Pueden ser un reflejo de la sociedad en la que vivimos, pero esta es muy compleja y está formada por distintas esferas. Un escritor no debe preguntarse si los lectores se identificaran con sus personajes. Debe preguntarte si comprenderán sus acciones, si sus decisiones serán interesantes y si cumple su función dentro de la historia.

Una última reflexión acerca de los consejos sobre escritura

No se puede reducir el aprendizaje o la enseñanza de la narrativa a repetir una serie de frases clichés. Escribir es una tarea compleja y llena de matices en las que no existen las verdades absolutas. Los alumnos, como escritores que quieren formarse deben mantener siempre un espíritu crítico, al igual que los profesores deben repasar y mejorar continuamente su formación. En nuestros cursos Narrativa I y Novela no nos limitamos a enumerar técnicas de escritura, el debate y el intercambio de ideas son vitales. Sabemos que lo ideal en un aula es que todos aprendan, y eso incluye a los profesores.

Concepción Perea

Concepción Perea Gómez es licenciada en humanidades y tiene un máster en creación literaria. Es escritora, lleva cinco años impartiendo clases de narrativa y forma parte de la organización del Encuentro de Literatura Fantástica de Dos Hermanas. Es la autora de "La corte de los Espejos" (Fantascy, 2013), "El misterio de la Caja Bethel" (Fantascy 2014) y "La última primavera" (Runas, Alianza Editorial 2017).

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