Carlos Calleja

¡SALVA AL GATO! (I)

Trucos de escritor

¡Saludos! Tienes que saber que tras el extraño título de mi artículo, en realidad se esconde una de las reglas más importantes en la narrativa: ¡Salva al gato!

Pero antes de que me ayudes a salvar al gato, voy a presentarme. Si aún no me conoces, me llamo Carlos Calleja, soy de Madrid, y me dedico a escribir fantasía. Actualmente me encuentro inmerso en la fase de planificación de la que será mi tercera novela. Y, como por lo visto planifico de manera bastante exhaustiva, siempre ando buscando nuevas formas de hacerlo. Entonces, siguiendo la recomendación de un buen compañero (Noa Velasco), cayó en mis manos el siguiente libro: ¡Salva al Gato! (Blake Snyder, 2010. Editorial Alba).

Ese libro es el artífice de que yo ahora esté escribiendo estas palabras. ¿Por qué? Pues porque aplica de manera sistemática técnicas muy sencillas para construir un guion cinematográfico que resulte atractivo y valioso. Y sí, ya sé que todos podemos escribir obras maravillosas guiados por nuestro arrollador instinto escritoril, pero en este arte, como en todos, existen fórmulas que funcionan: La proporción áurea o la armonía funcional son ejemplos innegables. En el cine y en la escritura (en la narrativa, al fin y al cabo) también los hay. Así que, con permiso de Snyder, voy a intentar desgranar los puntos más importantes, para ver si así consigo sumar más adeptos al ejército de la planificación:

¿De qué va?

Cuando vamos al cine, siempre preguntamos «¿de qué va?» antes de comprar una entrada. Siempre miramos el tráiler. En esto, cine y escritura son idénticos. Con las novelas hacemos lo mismo. Tras observar la cubierta (de donde deberíamos sacar conclusiones sobre el argumento), recurrimos a la sinopsis para averiguar si nos sentimos atraídos a comprarla. Y eso es porque el «¿de qué va?» en cuestión funciona.

Antes de escribir, debemos plantearnos de qué va nuestra historia. «Va de un departamento de policía que detiene a los criminales antes de que cometan las fechorías porque existen unos seres que son capaces de conocer el futuro». Esto, en guiones, se llama logline, y en narrativa lo he visto como lead. Una frase de alrededor de 15 palabras que describa de qué va tu novela (para ilustrar, voy a aprovechar para contaros un poco de la mía):

La Siembra de Plata trata de la lucha de un grupo de rebeldes contra la dictadura imperante.

Un buen «¿de qué va?» debe expresar una idea clara de la temática y también a quién se dirige. Debe mostrar el tono de lo que nos vamos a encontrar dentro y el dilema al que se enfrentan el protagonista (o protagonistas, en mi caso).

  1. Ironía: La vida es ironía, y nosotros escribimos de la vida. Nuestro lead debería incluir una situación dramática. No es lo mismo «va de unos tíos que roban para sobrevivir» que «va de un tío al que se le ha muerto un geranio».

  2. Imagen mental sugerente: Intenta conseguir que tus 15 palabras formen en la cabeza de quien las escucha la imagen de la peli (o de la novela) entera.

  3. Título contundente: Un buen título es aquel que dice «¿de qué va?» una novela, y además lo hace de manera ingeniosa. Un buen ejemplo de título es «¡Cariño, he encogido a los niños!». Un mal ejemplo es «Desafío total».

Antes de seguir adelante, recomiendo encarecidamente darle una buena lectura a este artículo del profe Jordi Noguera: ¿Cómo empezar a escribir? En él verás, además del ya citado «¿de qué va?», que nosotros en Caja de Letras llamamos la premisa, otros puntos vitales antes de ponerte a escribir: El conflicto, los personajes y la planificación.

Dame lo mismo… ¡pero distinto!

Parafraseando al propio Snyder: «El quebradero de cabeza cotidiano de un guionista es evitar el tópico». Los escritores ardemos por encontrar una idea original, un argumento que no esté muy manoseado, un mundo revolucionario jamás visto antes… Eso, a día de hoy, es casi imposible. Es por ello que tenemos que conformarnos con «dar una vuelta de tuerca».

Snyder dice que para huir del tópico hay que empaparse primero de él. Así que, escribas el género que escribas, la siguiente recomendación es que devores cuantas más historias de ese género mejor. Hasta que seas capaz de descubrir los arquetipos que se ocultan tras los personajes, los giros de guion más recurrentes, los objetos tótem pertenecientes a ese género (véase la espada en fantasía o el intercomunicador en ciencia ficción), en definitiva: los tropos.

Verás que el 98% de las películas (y de las novelas) encaja en unas cuantas categorías (casi todas excepto Memento, a la cual Snyder venera y odia a partes iguales). Dice el autor de ¡Salva al gato! que «Tiburón» no es sino una versión del mito griego del «Minotauro» y que «Superman» es un «Hércules» moderno. Y estoy seguro de que todos conocéis las cacareadas similitudes entre «Avatar» y «Pocahontas». Como dice la propia Concepción Perea, nuestra profesora de narrativa: «todo lo que se os ocurra ya lo ha escrito antes un griego».

Aquí van las categorías según Blake Snyder:

1.      Un monstruo en casa (Tiburón, Alien, El exorcista)

2.      El vellocino de oro (Star Wars, Regreso al futuro, las pelis de atracos)

3.      La lámpara maravillosa (Mentiroso compulsivo, Flubber)

4.      Un tipo con un problema (La jungla de cristal, Titanic, La Lista de Schindler)

5.      Ritos de Iniciación (10, la mujer perfecta, Días de vino y rosas)

6.      Amor de colegas (Dos tontos muy tontos, Rainman, las pelis de amor)

7.      ¿Por qué lo hizo? (Chinatown, JFK, El dilema)

8.      El triunfo del tonto (Forrest Gump, Un loco anda suelto, las pelis cómicas de cine mudo).

9.      Soy un interno (Alguien voló sobre el nido del cuco, El padrino, American Beauty)

10.  Superhéroes (Drácula, Gladiator, Una mente maravillosa. Y las pelis de superhéroes).

En conclusión, no te obsesiones por la originalidad. En cambio, trata de encontrar la categoría de tu historia y utilízala para identificar los mecanismos narrativos que vas a necesitar. Y luego, dame lo mismo…, ¡pero distinto!

Si todo esto te está pareciendo interesante (y espero que sí), si siempre has querido arrancar a escribir pero no sabías los mecanismos que te pondrán sobre los raíles, no me queda otra que recomendarte también que eches un vistazo al Curso de Narrativa Online de Caja de Letras. En él podrás aprender, en profundidad, estos y otros conceptos, así como todo lo que necesitas para empezar un proyecto y terminarlo con éxito.

Hasta aquí, las dos primeras nociones. Si te has dado cuenta de que todavía no he explicado lo que es salvar al dichoso gato, te ruego que permanezcas sintonizado, porque el mes que viene volveré con la segunda parte del artículo y explicaré cómo encontrar el mejor protagonista o cómo marcar los hitos de tu obra.

Carlos Calleja

Para los que no me conocéis, me llamo Carlos Calleja. Soy de Madrid, nací en 1980 y esta es mi primera colaboración con Caja de Letras. Espero que no sea la última. La familia me ha acogido de maravilla desde el principio y espero quedarme en ella mucho tiempo. Si tenéis cualquier tipo de duda, consulta o pregunta podéis contactarme en carloscallejaescritor@gmail.com y seguirme en Twitter (@callejaescritor).

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