Todos los escritores pasamos por momentos de bloqueo creativo que nos desesperan. Ese momento de colapso nos agobia y sus motivos son de los más variado. Desde momentos de agobio personal hasta estados físicos, enfermedades, situaciones personales o, simplemente, porque sí. Nuestra creatividad a veces se seca momentáneamente. Es algo normal, no hay que desesperarse.
Las maneras de quebrar ese bloqueo creativo son muchas. Cada uno, además, tiene sus propios trucos para activar la imaginación. El objetivo es buscar nuevas sendas, nuevas maneras de enfrentarte a ese punto en que solo eres capaz de ver el cartel de no hay salida.
Hoy, además de las que ya pudimos ver en el artículo de Concepción Perea, «Nueve formas de romper el bloqueo creativo», añadimos un décimo método: dejarlo todo e irte a jugar a rol.
Encontrar la partida
Para, respira, deja el manuscrito sobre la mesa (o abierto en el ordenador que estamos en el siglo XXI). Olvídate un poco de él, pero tenlo a mano, por si acaso. Llama a ese amigo que siempre hace de director de juego y pídele que organice una partida. La cuestión es que, en tiempo récord, vas a estar rodeado de amigos, en una mesa real o virtual, dedicándote a crear una narrativa compartida.
Para estas sesiones de rol puedes optar por one-shots, partidas que se juegan en una sola sesión, muchas veces con personajes predefinidos o semipredefinidos. Puedes descargarte un ejemplo gratuito de one-shoot todos los días 1 y 15 del mes desde la web de la editorial Shadowlands.
Modos de romper el bloqueo creativo jugando
Aquí es cuando tienes que dejar el manuscrito en un plano secundario de tu consciencia. Disfruta, juega, dale vitaminas roleras a tu cerebro. Ya se ocupará él de tamizar todo eso e influir en tu bloqueo creativo de distintas maneras.
Vampiriza personajes
Quizá no en su totalidad, o incluso mezclando ideas varias. En una mesa con cinco jugadores habrá cuatro personajes, cada uno de ellos creado por personas distintas. Con ideas y conceptos muy distintos y, aunque estés jugando una partida con personajes ya pregenerados, la manera de interpretar a un mismo personaje por dos jugadores puede ser muy diferente. Mira cómo juegan tus compañeros de mesa, piensa como sería ese personaje de tu manuscrito si fuese uno de ellos quien lo interpretara en una partida. ¿No lo tienes claro? Pues, cuando acabe la partida, pregúntaselo.
Tira iniciativa
Muchas veces nos trabamos cuando tenemos que escribir escenas de acción. Valorar lo que pasa en cada momento, en especial si están implicados varios personajes. Cuando te enfrentes a esa situación en una partida, podrás ver las mecánicas que organizan el combate. Esto es especialmente evidente en juegos con un componente más táctico a la hora de luchar. Puedes trasladar ese orden a tu escena de acción. Usa esas reglas en tu beneficio, pero no te olvides de que estás escribiendo un libro; no dejes que te esclavice.
Roba, roba sin piedad
En una sesión de juego se dan multitud de situaciones interesantes, auténticas delicias narrativas que surgen espontáneamente. Róbalas, róbalas todas como si fuesen las joyas incrustadas en un templo a los dioses. Seguro que, sea el juego que sea, las puedes extrapolar o usarlas como base para crear las tuyas propias.
Simple culto al éxtasis
Simplemente el hecho de pasarlo bien un rato, divirtiéndote matando orcos, resolviendo misterios o descubriendo un mundo (nuevo o no), te puede dar el impulso necesario para seguir creando. El placer es un gran motor.
Sal de la ilusión
A veces, tras la partida, llegaras a casa dispuesto a retomar el manuscrito, pero seguirás seco. Pensarás que no te ha servido de nada, que no hay futuro y solo queda tirarlo a la basura. Bien, la realidad es dura y todos nos hemos encontrado con que el problema no era un bloqueo creativo; lo que ocurre es que el texto no funciona. No pasa nada.
No está muerto lo que puede yacer eternamente
Hace unas pocas palabras leías que puedes tirar la toalla. Bien, tira la toalla, pero no el manuscrito. Guárdalo en un cajón. Si algo nos enseñan los juegos de rol es que siempre hay una segunda oportunidad, aunque tengas que hacerte otro personaje.
Nunca olvides el tributo
Recuerda a esa gente alrededor de la mesa. Ellos te han ayudado desinteresadamente, pero siempre puedes ser el que lleve la bebida a la partida, ofrecer tu casa y, por supuesto, cuando triunfes, les gustará ver sus nombres en los agradecimientos de tu bestseller.
Sigue jugando
Si algo es bueno, ¿por qué dejar de hacerlo? Puedes esperar a tener un bloqueo creativo para ponerte a jugar, pero también puedes jugar a rol todo lo que puedas para mantener el bloqueo creativo a raya. El flujo de imágenes, situaciones y personajes en tu vida lúdica seguro que te ayuda a potenciar la creación literaria.
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